Kant, el teísmo y la moral
Barra lateral del artículo

Cómo citar
Detalles del artículo
Se solicita a los autores que diligencien el documento de cesión de derechos de autor sobre el artículo, para que sea posible su edición, publicación y distribución en cualquier medio y modalidad: medios electrónicos, CD ROM, impresos o cualquier otra forma, con fines exclusivamente científicos, educativos y culturales
- La obra pertenece a UNIMINUTO.
- Dada la naturaleza de UNIMINUTO como Institución de Educación Superior, con un modelo universitario innovador para ofrecer Educación de alta calidad, de fácil acceso, integral y flexible; para formar profesionales altamente competentes, éticamente responsables y líderes de procesos de transformación social, EL CEDENTE ha decidido ceder los derechos patrimoniales de su OBRA, que adelante se detalla para que sea explotado por ésta
- El querer de EL CEDENTE es ceder a título gratuito los derechos patrimoniales de la OBRA a UNIMINUTO con fines académicos.
Biografía del autor/a
Jorge Sierra, Universidad Nacional de Colombia
Filósofo de la Universidad Nacional de Colombia, estudiante de Maestría en Filosofía en la misma institución; actualmente es docente - investigador del Departamento de Filosofía de Uniminuto.
Contenido principal del artículo
Resumen
El objetivo de este artículo es doble. En primer lugar argumentaremos que la ética kantiana contiene todavía elementos o, por lo menos los implica, propios de una ética teológica dogmática y contraria al respeto de la autonomía de las personas. En segundo lugar, mostraremos que, no obstante, Kant estuvo muy cerca de defender la idea de una religión de la humanidad y con ello, de establecer la idea de una ética liberal secular totalmente independiente de la religión. Mostraremos que los principios kantianos de autonomía y respeto a las personas pueden ser utilizados con provecho dentro del contexto de una ética liberal, para solucionar ciertos dilemas morales relativos a la clonación de seres humanos. Con ello debería quedar claro que la ética kantiana estuvo muy cerca de una verdadera ética secular, esto es, de una verdadera religión de la humanidad.