Artículo de investigación
Convergences between complex thinking and transcomplexity
Convergências entre pensamento complexo e transcomplexidade
Dr. Rodrigo Arce Rojas
rarcerojas@yahoo.es
Universidad Ricardo Palma, Perú
ISSN: 0124-1494
eISSN: 2590-8200
Recibido: 23 de noviembre de 2018
Aceptado: 15 de febrero de 2019
Publicado: 5 de junio de 2019
Cómo citar: Arce, R. (2019). Convergencias entre el pensamiento complejo y la transcomplejidad. Praxis Pedagógica, 19(24), 60-74. http://dx.doi.org/10.26620/uniminuto.praxis.19.24.2019.60-74
Conflicto de intereses: los autores han declarado que no existen intereses en competencia.
Con el presente artículo de reflexión se pretende establecer las convergencias y especificidades existentes entre el pensamiento complejo y la transcomplejidad. Se parte de una publicación previa que trata de las respuestas del pensamiento complejo al pensamiento simplificante y se complementa con investigación bibliográfica sobre la transcomplejidad. Se concluye que la transcomplejidad es vista por sus promotores y practicantes como una nueva ciencia que va más allá de la complejidad, y es concebida como filosofía y episteme orientada a la investigación de la realidad múltiple. Desde la perspectiva de la presente investigación la transcomplejidad no sólo toma los principios de dialogicidad y recursividad sino que toda la transcomplejidad está imbuida del pensamiento complejo. Por tanto, la transcomplejidad sería una nueva aproximación para lo que ya se ha venido desarrollando desde el pensamiento complejo, siendo ambos –la transcomplejidad y el pensamiento complejo– procesos inacabados en permanente proceso de búsqueda y enriquecimiento.
Palabras clave: Complejidad, pensamiento complejo, transcomplejidad, investigación transcompleja.
Overview
The purpose of this reflection article is to establish the existing convergences and specificities between complex thought and transcomplexity. It is based on a previous publication that deals with the responses of complex thought to simplifying thought and is complemented with bibliographical research on transcomplexity. It has been concluded that transcomplexity is seen by its promoters and practitioners as a new science that goes beyond complexity, and is conceived as a philosophy and episteme oriented to the investigation of multiple reality. From the perspective of the present research, transcomplexity not only takes on the principles of dialogue and recursiveness, but all transcomplexity is imbued with complex thought. Therefore, transcomplexity should be considered a new approach to what has already been developed from complex thought, being both-transcomplexity and complex thought- unfinished processes in permanent process of search and enrichment.
Keywords: Complexity, complex thinking, transcomplexity, transcomplex research.
Resumo
O objetivo deste artigo de reflexão é estabelecer as convergências e especificidades existentes entre o pensamento complexo e a transcomplexidade. Baseia-se em uma publicação anterior que trata das respostas do pensamento complexo à simplificação do pensamento e se complementa com pesquisas bibliográficas sobre a transcomplexidade. Conclui-se que a transcomplexidade é vista por seus promotores e praticantes como uma nova ciência que vai além da complexidade, e é concebida como uma filosofia e episteme orientada para a investigação da realidade múltipla. Na perspectiva da presente investigação, a transcomplexidade não só assume os princípios do diálogo e da recursividade, como toda a transcomplexidade está impregnada de pensamento complexo. Portanto, a transcomplexidade seria uma nova abordagem ao que já foi desenvolvido a partir do pensamento complexo, sendo ambos - transcomplexidade e pensamento complexo - processos inacabados em permanente processo de busca e enriquecimento.
Keywords: Complexidade, pensamento complexo, transcomplexidade, pesquisa transcomplexa.
En el campo de la educación existe una multiplicidad de términos como complejidad, pensamiento complejo y transcomplejidad cuyos alcances, confluencias y particularidades no quedan siempre claros para los educadores preocupados por darle una dimensión transformadora de su labor aprovechando las reflexiones y propuestas que complementan sus aproximaciones a través de la ciencia normal. Precisamente, la irrupción de los enfoques de complejidad tiene la virtud de tomar en cuenta totalidades, interacciones y emergencias de la realidad más allá de lo que los enfoques disyuntivos, reduccionistas, lineales y deterministas lo habían permitido. El hecho de abordar lo entrelazado e imbricado de la realidad, las crisis, las singularidades, los quiebres, fracturas, bifurcaciones, azares y aleatoriedades configuran una nueva forma de acercarse a las realidades múltiples y por lo tanto lleva a nuevas formas de pensar, de sentir, de expresarse, de convivir con la realidad incierta.
Aún no hemos terminado de comprender el pensamiento complejo y emerge la transcomplejidad como cosmovisión y episteme para la investigación. Con la finalidad de establecer puentes, sinergias y un diálogo fecundo entre estas aproximaciones en el presente artículo se busca encontrar las interrelaciones. Los resultados serán de gran utilidad para sus practicantes y favorecerá el desempeño de comunidades de práctica y aprendizaje.
Los propósitos que me animan escribir el presente artículo es entender los alcances del concepto de la transcomplejidad y entender cuáles son sus relaciones con la complejidad y el pensamiento complejo.
Producto de un artículo derivado sobre una tesis doctoral orientada a establecer los aportes del pensamiento complejo a la facilitación de grupos (Arce, 2018a) se generó un artículo dirigido a conocer las respuestas del pensamiento complejo al pensamiento simplificante (Arce, 2018b) que sirvió de base para realizar las comparaciones con el concepto de transcomplejidad existente en la literatura y así poder establecer su grado de equivalencia o divergencias.
Para poder establecer las convergencias y especificidades existentes entre el pensamiento complejo y la transcomplejidad se requiere dos discusiones previas: abordar el tema de las conceptualizaciones y revisar los alcances semánticos de las palabras.
Con relación a las conceptualizaciones debo mencionar primero que existen diferencias entre las definiciones y los conceptos. Una definición alude a una delimitación semántica que tenga la capacidad de representación más fidedigna posible de la realidad que se quiere precisar. En buena cuenta una definición es una forma de protocolizar o estandarizar una descripción. Por su parte un concepto es más bien la convergencia de significados que tratan de describir la realidad aunque no queden absolutamente claros los límites de la descripción. Por ello también es posible hablar de un núcleo conceptual que nos ayuda a entender una realidad específica pero cuyo significado no se agota con la descripción.
El segundo elemento a discutir con relación a significados y conceptos es que desde la posmodernidad hay una resistencia a las definiciones con lo que podría decirse que la tendencia es más bien apelar a los conceptos o a los núcleos conceptuales. Desde el pensamiento complejo también hay sectores que piensan que no es posible o deseable hacer definiciones porque precisamente, señalan estos autores, definir significaría simplificar y eso es exactamente lo contrario a la complejidad que reconoce múltiples realidades.
Ahora bien, aplicando los propios principios del pensamiento complejo, no habría por qué temer hacer definiciones pues es una forma de orden como tampoco habría que temer el caos pues es una de las formas de comportamiento que adopta un fenómeno aunque sean impredecibles. Pensar de manera compleja no quiere decir rechazar el orden sino reconocer que orden y caos dialogan en forma recursiva. Esta descripción se enmarca muy bien desde la perspectiva de sistemas caórdicos.
La otra discusión a realizar es respecto al comportamiento semántico de las palabras. Las palabras tienen la virtud de tener una gradiente de significados desde los más cercanos hasta los más lejanos llegando un momento en el que la palabra se hace distinta. Eso quiere decir que los sinónimos tienen equivalencias hasta cierto nivel. En el extremo una palabra con significado opuesto se convierte en un antónimo.
Con estos elementos previos vamos a establecer ahora las relaciones entre complejidad, pensamiento complejo y trans- complejidad.
Hablemos primero de la complejidad. Morin (1990) en su obra Introducción al pensamiento complejo establece algunas premisas básicas de la complejidad:
• Es un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados. Presenta la paradoja de lo uno y lo múltipl
• Es el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico.
• Presenta con los rasgos inquietantes de lo enredado, de lo inextricable, del desorden, la ambigüedad, la incertidumbre
Carlos Eduardo Maldonado completa la descripción de la complejidad aludiendo a las ideas de crisis, lo raro, lo extraño, lo singular, lo impredecible, los fenómenos inestables e irregulares (Maldonado, 2015; Maldonado, 2014). Señala además que la complejidad se encuentra en los problemas de frontera que son aquellos que no pueden ser abordados desde el paradigma de la simplificación.
Respecto al núcleo conceptual del pensamiento complejo Arce (2016: p.5) señala que:
Pensamiento complejo es una filosofía, estrategia, método, actitud y práctica orientada al abordaje de problemas de fron- tera que se encuentran entre los comportamientos regulares y predecibles y los comportamientos irregulares e impredecibles con el propósito de entender y dar explicaciones de la realidad de manera totalizadora, integradora, dialogante con el entorno, constructiva y transformadora a partir de la comprensión de las estructuras complejas en las que se verifican la emergencia de nuevos comportamientos y la auto organización.
Vamos a retomar los elementos del pensamiento complejo para nuestro análisis de las interrelaciones con la complejidad y la transcomplejidad.
Con relación a la transcomplejidad en la investigación (Schavi- no y Villegas, 2010: p. 4) señalan que:
…tiene por finalidad la comprensión del mundo presente desde el imperativo de la unidad del conocimiento. Su interés es la dinámica de la acción y se apoya en la existencia y percepción de distintos niveles de realidad, en la aparición de nuevas lógicas y en la emergencia de la complejidad. En este orden, la complejidad da una mirada más integradora que busca, mediante la postura holística y compleja, indagar y descubrir las múltiples manifestaciones con que los fenómenos se nos aparecen.
Las premisas epistemológicas en las que se sustentan la transcomplejidad son complementariedad, sinergética relacional, reflexividad profunda, dialógica recursiva e integralidad (Villegas y Morales, 2015: p. 71).
Para poder establecer relaciones entre complejidad y transcom- plejidad habría que precisar que cuando estamos hablando de complejidad estamos haciendo alusión al mundo fenoménico como señala Morin (1990). Desde esa perspectiva se reconoce que hay múltiples realidades y múltiples verdades, por la tanto se supera una visión disyuntiva, reductiva, lineal, determinista y de pensamiento y resultados únicos.
Aquí también amerita detenernos a entender lo que significa el prefijo trans que implica “más allá de” o “a través de”. Literalmente entonces hablar de transcomplejidad significaría “más allá de la complejidad” o “a través de la complejidad”. Si reconocemos el carácter multiverso de la realidad la pregunta es entonces ¿Qué puede haber más allá de la complejidad? Hablar por ejemplo de hipercomplejidad o metacomplejidad no genera otra categoría de la realidad sino que grafica la intensidad y densidad de la complejidad. Si se dice transcomplejidad entonces tendríamos que analizar sus dos acepciones. Decir “a través de la complejidad” estaríamos haciendo alusión a que el abordaje cruza o es transversal a la complejidad pero no genera otra categoría de la realidad. Aquí hay una diferencia respecto a los promotores de la transcomplejidad que lo consideran:
…una perspectiva emergente que va más allá de la complejidad y transdisciplinariedad para ubicarse en contexto transpa- radigmático dirigido hacia la ecología del conocimiento, la multiversidad de la realidad, las estructuras rizomáticas y la integración de atractores y retractores al tejido en su conjunto (Guzmán y Cayuna, 2015: 151).
Se habla incluso de la ciencia de la transcomplejidad (Villegas y Morales, 2015). Desde nuestra perspectiva la sustentación de Guzmán y Cayuna es totalmente aplicable al pensamiento complejo.
Las ciencias de la complejidad, por su parte, estudian sistemas (fenómenos y/o comportamientos) de complejidad creciente entre los que se encuentran la termodinámica del no equilibrio, teoría del caos, teoría de catástrofes, geometría fractal, vida artificial, ciencia de redes, lógicas no clásicas, entre otras (Maldonado y Gómez, 2011: p. 9-10).
Lo que podemos reconocer entonces es la necesaria interacción y complementariedad entre el pensamiento complejo y las ciencias de la complejidad y ambas están inscritas en el gran campo de la complejidad. La disciplinariedad, interdisciplinariedad y transdisciplinariedad refieren a estrategias de abordaje del conocimiento. Ninguna es mejor que otra, ninguna descalifica a la otra sino que corresponden a campos específicos de aplicación. No puede haber interdisciplinariedad e transdisciplinariedad sin una buena disciplina.La transcomplejidad, como cosmovisión de investigación, reconoce los aportes del pensamiento complejo y la transdisciplinariedad (Torrealba et al 2018). La transcomplejidad es una nueva forma de pensar la educación (Gonzáles, 2016). Mediante el principio de transcomplejidad la transdisciplinariedad tiene como meta final la complejización educativa (Gonzáles, 2012).
Ahora bien, corresponde ahora investigar cuáles son las di- ferencias y similitudes entre el pensamiento complejo y la transcomplejidad. Para el efecto se ha procedido a realizar una profusa revisión bibliográfica (Arce, 2018c; Arce, 2016; Pérez y Alfonzo, 2016; Villegas y Morales, 2015; Meza, 2014; Guzmán, 2013; Balza, 2013; Gonzáles, 2012; Alonso, 2011; Rodríguez Zoya, 2011; Delgado, 2011: Luengo, 2016; Luengo, 2012; Maldonado, 2014; Osorio, 2012; Gonzáles, 2010; Schavino y Villegas, 2010; Luengo, 2006; Maas, 2005; Gómez y Jiménez, 2002; Gómez, 2002; Moreno, 2002a; Mo- reno, 2002b; Morin, 2003a; Morin, 2001; Lanz, 2001; Morin, 2000; Morin, 1999; Morin, 1994; Morin, 1990; Morin, 1983; Morin, 1981).
En respuesta a la disyunción el pensamiento complejo es sistémico, totalizador (reconociendo la incompletud); integrador, articulador, religante, dialogante y negociador con la realidad. Por su parte la transcomplejidad es holística, integradora, sinérgica, dialógica, considera el debate colaborativo. El pensamiento complejo considera el orden y el caos y reconoce la dinámica no lineal y dialógica de los contrarios. La transcomplejidad se fundamenta en el consenso y, a la vez, en el conflicto (Villegas y Morales, 2015: p. 70). La transcomplejidad marcha al mismo tiempo sobre cuatro bases independientes: la racionalidad, el empirismo, la imaginación y la creatividad (Villegas y Morales, 2015: p.70). Ambos favorecen la articulación de la ciencia con la ética, con la estética, con los saberes populares, con la intuición, con la cotidianeidad, con la poesía, con lo imaginario. Ambos reconocen y valoran la diversidad, la pluralidad.
En respuesta al reduccionismo el pensamiento complejo es multidimensional, multiescalar, multitemporal. Por su parte la transcomplejidad reconoce los múltiples niveles de la realidad, la realidad multivariada, relativiza las realidades desde la lógica de lo multivariado y difuso, y está orientada por una meta-visión epistémica multidimensional (Molano, 2016: 10; Guzmán, 2013: 13). La transcomplejidad valora lo local; intenta capturar el movimiento histórico, hace énfasis en la voluntad de conocer y en la disposición para penetrar en lo más profundo de la realidad histórico-social. (Pérez y Alfonzo, 2016: p. 18). Mientras el pensamiento complejo alora lo que se percibe como lo que no se percibe, en la transcomplejidad se devela lo no visible.
Con relación al sujeto cognoscente el pensamiento complejo lo incorpora como parte del sistema; integra el conocimiento crítico (y autocrítico). La transcomplejidad rescata la subjetividad del investigador, respeta la otredad, rescata la relación objetividad subjetividad, es multisensorial y abierto a nuevas sensorialidades. La transcomplejidad es una vía de autotransformación a partir del autoconocimiento. Ambos reconocen y valoran la creatividad y están abiertas a nuevas lógicas.
Respecto al positivismo el pensamiento complejo considera lo cualitativo mientras que la transcomplejidad integra lo cuali- tativo y lo cuantitativo. Tanto el pensamiento complejo como la transcomplejidad están abiertos a múltiples posibilidades. Mientras que el pensamiento complejo considera que cada problema tiene más de una solución posible la transcomple- jidad busca múltiples explicaciones. El pensamiento complejo reconoce la imperfección y la transcomplejidad se reconoce como proceso inacabado.
Tanto el pensamiento complejo como la transcomplejidad va- loran la complejidad, la incertidumbre, las indeterminaciones, las contradicciones, las paradojas y el caos. Ambos consideran las realidades borrosas.
El pensamiento complejo es consciente
de las transformacio- nes y
constituye una propuesta transformadora. Por su parte la transcomplejidad constituye una propuesta emancipadora y de transformación tanto del ser como de la realidad
(Meza, 2014).
La tabla 1 establece una comparación conceptual
entre el pen- samiento complejo y la noción
de transcomplejidad.
Tabla 1. Comparación conceptual entre el pensamiento complejo y la noción de transcomplejidad.
Como se deriva del cuadro comparativo la transcomplejidad se corresponde con el pensamiento complejo.
Como resultado del análisis y síntesis del entendimiento del pensamiento complejo y la transcomplejidad se arriban a las siguientes conclusiones:
• La complejidad alude a la realidad múltiple, imbricada, a la crisis, a las singularidades, azares y aleatoriedades y otros fenómenos que no son percibidos o sentidos desde la perspectiva de la ciencia normal.
• La transcomplejidad se considera una categoría superior a la complejidad. La transcomplejidad recoge las vertientes del pensamiento complejo y la transdisciplinariedad.
• La transcomplejidad es considerada por sus promotores y practicantes como una ciencia, cosmovisión y episteme orientada a la investigación de la realidad y una nueva forma de pensar la educación.
• El pensamiento complejo establece relaciones de intercambio mutuo con las ciencias de la complejidad y no se pretende ciencia sino filosofía, estrategia, método, actitud y práctica orientada al abordaje de problemas de frontera para entender, comprender, explicar y transformar la realidad.
• Paradójicamente, la transcomplejidad y el pensamiento complejo coinciden que lo que se trata no es de buscar supremacías sino religencias sinérgicas
• Tanto la transcomplejidad como el pensamiento comple- jo incorporan la reflexión y la autocrítica y se consideran transformadores.
• La transcomplejidad no solo toma los principios de dialogi- cidad y recursividad sino que toda la transcomplejidad está imbuida del pensamiento complejo.
• La transcomplejidad tiene en el pensamiento complejo una cantera inagotable de inspiración para la revolución educa- tiva y el pensamiento complejo tiene en la transcomplejidad marcos filosóficos y metodológicos para su implementación. Aplicando los propios principios que los animan se requiere un diálogo recursivo para su mutuo enriquecimiento.
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