Artículo de Investigación

Espacios de diálogo intercultural en México y Colombia: el caso del tejido en colectivo como encuentro entre mujeres indígenas y mestizas

Spaces of intercultural dialogue in Mexico and Colombia: the case of collective weaving as an encounter between indigenous women and mestizas

Espaços de diálogo intercultural no México e na Colômbia: o caso do tecido em coletivo como encontro entre mulheres indígenas e mestiças

Ana Sofía Ortiz Andrade
Universidad Iberoamericana Puebla., México

Mediaciones

Corporación Universitaria Minuto de Dios, Colombia

ISSN: 1692-5688

ISSN-e: 2590-8057

Periodicidad: Bianual

vol. 17, núm. 27, 2021

mediaciones@uniminuto.edu

Recepción: 30 Marzo 2021

Aprobación: 01 Diciembre 2022



DOI: https://doi.org/10.26620/uniminuto.mediaciones.17.27.2021.287-301.

Autor de correspondencia: ana_sofia6092@hotmail.com

Corporación Universitaria Minuto de Dios - UNIMINUTO

Cómo citar: Ortiz Andrade, A. S. (2021). Espacios de diálogo intercultural en México y Colombia: el caso del tejido en colectivo como encuentro entre mujeres indígenas y mestizas. Mediaciones 27(17). Pp. 287-301: https://doi.org/10.26620/uniminuto.media ciones.17. 27. 2021. 287-301.

Resumen: Resumen:

¿En qué situaciones tenemos oportunidad de conocernos mujeres indígenas y mestizas? ¿Cuáles son los espacios en donde cruzamos miradas? ¿Nos permiten estos momentos y espacios saber quién es la otra frente a mí? Desde una metodología guiada por el sentir y el diálogo, con entrevistas y observación participante en procesos de interculturalidad, fue posible llegar a concebir el tejido como metáfora del diálogo y de construcción de un discurso, para explicar la importancia de la comunicación en un sentido existencial y en su posibilidad de trenzar relaciones más profundas, trascendentes y de colaboración mutua, más allá de las diferencias socioculturales.

Palabras clave: diálogo, tejido, interculturalidad, mujeres indígenas, comunicación, colectividad.

Abstract: Abtract

In what situations would we have the opportunity to get to know each other, indigenous and mestizo women? What are the spaces where we exchange glances? Do these moments and spaces allow us to know who the other woman in front of me is? From a methodology guided by feeling and dialogue, with interviews and participant observation in intercultural processes, it was possible to conceive the weaving as a metaphor for dialogue and the construction of a discourse, to explain the importance of communication in an existential sense and in its possibility of weaving deeper, transcendent and mutually collaborative relationships, beyond sociocultural differences.

Keywords: Dialogue, Weaving, Interculturality, Indigenous Women, Communication, Collectivity.

Resumo: Resumo:

¿Em que situações temos a oportunidade de nos conhecer, mulheres indígenas e mestiças? ¿Quais são os espaços em que trocamos olhares? ¿Esses momentos e espaços nos permitem saber quem é o outro na minha frente? A partir de uma metodologia orientada pelo sentimento e pelo diálogo, com entrevistas e observação participante em processos interculturais, foi possível conceber a tecelagem como metáfora para o diálogo e a construção de um discurso, para explicar a importância da comunicação em um sentido existencial e em sua possibilidade de tecer relações mais profundas, transcendentes e de colaboração mútua, além das diferenças socioculturais.

Palavras-chave: diálogo, tecido, interculturalidade, mulheres indígenas, comunicação, coletivo.

Antecedentes histórico-sociales

La actual problemática y crisis identitaria por la que atraviesan las sociedades colonizadas, como es el caso de países y pueblos de Latinoamérica, es consecuencia de un modelo civilizatorio occidental que ha traído fuerte incremento de la marginación y segregación de grupos sociales, en el que la mayoría de las veces los grupos indígenas y mestizos mantienen una relación de dominación de los segundos sobre los primeros, bajo los principios del racismo y la discriminación (De Sousa Santos, 2020; Esquivias, 2008). Hoy en día, esta situación se vive debido a procesos socio-históricos profundos y a la falta de información y educación sobre modelos interculturales de convivencia, en países donde habitan grupos provenientes de diferentes culturas, como por ejemplo México y Colombia. Conforme lo estipulan los Acuerdos de San Andrés (2004), «La historia confirma que los pueblos indígenas han sido objeto de formas de subordinación, desigualdad y discriminación que les ha determinado una situación estructural de pobreza, explotación y exclusión política» (p.1).

En México y Colombia, como en otros países de Latinoamérica, esta realidad de los pueblos originarios es una condición de vida de millones de personas que no tienen acceso a los servicios mínimos necesarios para una vida digna, que no cuentan con el reconocimiento social hacia su cultura y cosmovisión, ni a sus propios marcos jurídicos, y además son tratados de manera discriminatoria y excluyente (Hernández Ornelas, 2020). Esta situación de injusticia, originada desde tiempos de la conquista, sigue presente hasta nuestros días y ha tratado de ser encubierta bajo formas de una ideología mestizante (Gómez Izquierdo y Sánchez, 2011), o del colonialismo interno, que surgió con la idea de raza, como una manera en la que en esa época se otorgó legitimidad a las relaciones de poder y dominación que se impusieron por parte de los colonizadores, con base en las diferencias fenotípicas entre europeos e indígenas americanos, particularmente el color de la piel (Quijano, 2000). La ideología mestizante, es un constructo sociopolítico que buscaba, desde el siglo XIX y durante el siglo XX, la «blanquitud» de la población, es decir, desde entonces hasta ahora, la aspiración de los mestizos, explícita o sutil, impuesta por un sistema eurocentrista y nacionalista basado en la mezcla entre lo indígena y lo europeo, de parecerse más al colonizador que al colonizado (Sánchez, 2016). Esta ideología, descrita por Sánchez y Gómez Izquierdo, es el origen de una idea preconcebida de los mexicanos hacia sus raíces indígenas que fluye en sus venas y en su mente como un desprecio automático hacia lo prehispánico. De aquí surgió el concepto de «progreso» ligado a un racismo nacional generalizado:

La categoría racial de mestizaje, con su sustrato de aspiración a la blanquitud racial y cultural, correspondía a la idea de progreso con el que las élites soñaban para insertar a la nación en la modernidad (Sánchez, 2016, p. 4).

El mestizaje en la historia significó un proceso de segregación social, con el que se construyó un elemento que daría cohesión a la sociedad mexicana: el racismo. Como señala Memmi (citado por Sánchez, 2011) «La identidad del dominador y el dominado son simbióticas» (p. 7). Esto quiere decir, en el caso específico de esta investigación, que existen elementos de beneficio para unos, y de perjuicio para los otros. El racismo en la historia de México se ha caracterizado por una fuerte inclinación hacia «la piel blanca» y la idea de «mejoramiento de raza» (Sánchez, 2016), esto acompañado de un deseo de imitar la fisionomía europea. En el contexto de esta investigación, el racismo y el mestizaje son conceptos que problematizan una situación de barreras comunicativas. Por lo anterior, nos enfrentamos ante una incapacidad de conocernos entre indígenas y mestizos sin este antecedente histórico, enraizado en la conciencia de los mexicanos. En la historia de Latinoamérica, desde la conquista, ha existido un fuerte intento por desaparecer una cultura con la imposición de otra, digo «intento» porque, como señala Esquivias, «Una civilización negada no es lo mismo que una civilización desaparecida» (Esquivias, 2008, p. 36). En el caso de México y Colombia, como otros países latinoamericanos, los pueblos originarios han conservado sus cosmovisiones y formas de organización en sus territorios, lo podemos observar en la multiculturalidad que vivimos en nuestros países.

La mezcla que se ha originado por parte de la cultura occidental y la cultura prehispánica da un claro ejemplo de una cultura que ha sobrevivido durante años, y que sus prácticas, costumbres, tradiciones y creencias han sido fuertes, pero no dejan de mantenerse en un estado vulnerable. Es importante tener presente la historia de países como México y Colombia, en el caso de la colonización, para poder comprender los procesos por los cuales han pasado y cómo hasta el día de hoy no se han resuelto problemas sociales que mantienen a grupos ―en este caso, grupos indígenas y campesinos― excluidos y en constante lucha y resistencia (Toledo, 2019). Esta fricción entre culturas ha sido una constante en los procesos sociales, económicos y políticos en México, desde los Acuerdos de San Andrés hasta el día de hoy, sigue siendo un problema grave la falta de respeto y de importancia que debería dárseles a los pueblos originarios, no solo para fines turísticos o de un pregonado orgullo por «nuestras raíces», que de manera cínica se muestran hacia el mundo, sino para un acuerdo respetuoso entre culturas distintas que conviven en un mismo territorio. El movimiento zapatista y los acuerdos de San Andrés son un ejemplo muy interesante del choque aún presente entre la civilización occidental impuesta y la civilización mesoamericana, en donde la diversidad no es el problema, sino la cuestión de un sistema asimétrico en todos los sentidos, entre dos sociedades que «comparten» un país (Esquivias, 2008). Esta condición bajo la que vivimos personas indígenas y mestizas en México y Colombia nos lleva a una postura difícil de asimilar para tener clara una identidad nacional, que, como ya he dicho, implica un racismo profundo y falta de información para poder comprender que no existe una identidad única nacional, sino que existen muchas; y dentro de esas muchas, nos paramos en el mundo para verlo de una u otra forma, por lo cual me parece importante reconocer y establecer un «ser indígena» y un «ser mestizo» para un contexto en el México y en la Colombia actuales.

En esta investigación me enfoco en la interculturalidad que se construye a través de diálogos horizontales, usando el tejido como medio de conexión entre culturas diversas que conviven en un mismo país, que, como en el caso de México y Colombia, están las mujeres indígenas y mestizas compartiendo un territorio pero sin espacios para conocerse como mujeres con intereses similares, como lo son las técnicas de tejido y el realizar productos por ellas mismas, aprendiendo las unas de las otras. Este vínculo es posible gracias al tejido, que, como menciono, es una actividad referente tanto para mujeres indígenas dentro de su cultura e historia, como para mujeres mestizas urbanas que han heredado el gusto e interés por las actividades manuales. En la investigación observé cómo el tejido indígena (telar de cintura) es de gran interés para la población mestiza, lo que abre posibilidad para un diálogo intercultural.

Por lo anterior, la hipótesis central de la investigación es que un vehículo para propiciar el diálogo intercultural entre mujeres indígenas y mestizas lo representa el tejido en telar de cintura, un conocimiento ancestral de los pueblos originarios que puede reducir la brecha social existente entre grupos humanos, expresión y refuerzo de la exclusión y la desigualdad.

Metodología: enfoque cualitativo e interpretativo

El enfoque metodológico de la presente investigación es de tipo cualitativo e interpretativo y recupera aspectos desarrollados en el trabajo durante mi estudio en la maestría en Comunicación y Cambio Social de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Para indagar sobre los procesos de interculturalidad entre mujeres indígenas y mestizas a través del tejido en telar de cintura consideré pertinente proponer, en una primera etapa, una aproximación metodológica que me permitió construir el objeto de estudio mediante un marco conceptual que dio estructura y base teórica a la investigación. Posteriormente, realicé un acercamiento empírico dividido en dos etapas, la primera fue constituida por el análisis de estrategias exitosas dentro de programas consolidados que propician la comunicación entre individuos de culturas diferentes dentro de un mismo país, en una atmósfera que motiva una comunicación horizontal, a fin de lograr una percepción integral de la complejidad de los imaginarios y referentes culturales en las barreras comunicativas entre personas, que en el caso específico de esta investigación, son las mujeres indígenas y mestizas. En la segunda etapa realicé una serie de entrevistas a mujeres indígenas y mestizas que han participado de manera empírica en talleres o encuentros de tejido en telar de cintura, esto con la finalidad de enriquecer los elementos y categorías derivadas de la primera etapa de trabajo de campo.

La metodología de la investigación se orienta a comprender la interrelación de los procesos comunicativos mediante estrategias interculturales y prácticas de conocimiento campesino o indígena, en conjunto con personas mestizas, para poder comprender las estructuras, estrategias y elementos que se requieren para construir espacios de relaciones horizontales entre individuos con diferentes cosmovisiones y clases sociales (Luque, Gay y Ortiz, 2020). La razón por la que elegí un enfoque cualitativo e interpretativo es debido a la oportunidad que representa para la investigación el analizar el contenido de los discursos generados a partir de las entrevistas grupales e individuales. La investigación cualitativa representa una manera de encarar la realidad desde varios principios básicos. En primer lugar, es una investigación «flexible» que parte de interrogantes y supuestos, pero que en el camino permite ciertos ajustes y cambios, dependiendo de la participación de los sujetos de investigación (Taylor y Bogdan, 1994).

Para profundizar en el tema del diálogo, se privilegió el enfoque interpretativo en la investigación, por cuanto, como menciona Sautu (2005), la realidad a investigar es subjetiva e intersubjetiva, en la que los actores que intervienen contribuyen a la producción de conocimiento y reflexión; el método implica un trabajo a profundidad de análisis de datos, reducción y presentación de la información pertinente (Hubberman y Miles, 1984,1994).

La presente investigación la realicé mediante una metodología cualitativa que intenta comprender a las sujetas de investigación dentro de un marco de referencia personal y contextual, ve a las personas y escenarios como un todo, tomando en cuenta su presente y pasado, sin reducirlos. Esto permite que pueda existir una correlación dentro de la investigación para el enriquecimiento de una propuesta construida de manera colectiva entre las y los entrevistados y yo como investigadora (Taylor y Bogdan, 1994). Esta investigación, por otro lado, no parte de cero, surge de varios años de trabajo y colaboración con mujeres indígenas y mestizas, en los que el tejido ha sido el puente de conexión entre ambos mundos. El trabajo anterior al comienzo de esta investigación de manera sistematizada fue siempre en conjunto con un mismo grupo de mujeres indígenas, pero con grupos cambiantes de mujeres mestizas, todas ellas siempre participando de manera colectiva con su interés fijo en el aprender o enseñar la técnica de tejido en telar de cintura. Dependiendo cuál fuera el caso, aprender o enseñar, se conformaron distintos roles dentro de una misma práctica y se inició una recopilación de experiencias.

La presente investigación se enfoca entonces en lograr comprender la problemática descrita anteriormente para generar una propuesta metodológica, entendida como una propuesta de trabajo desde una perspectiva participativa, en la cual se tomaron en cuenta los diversos elementos observados y analizados en el trabajo de campo, así como las experiencias, opiniones y sentires de las personas que, de igual manera, están en una búsqueda por construir espacios de diálogo intercultural.

Las y los participantes en la investigación los elegí de dos maneras diferentes. En Chiapas, seleccioné cinco mujeres indígenas de la comunidad con las que he trabajado en los últimos ocho años, las mismas que han elegido viajar en diferentes ocasiones a Puebla, México, para impartir los talleres de tejido en telar de cintura. Por otro lado, elegí siete mujeres mestizas de Puebla que han asistido una o más veces a dichos talleres de tejido. Estas siete mujeres seleccionadas fueron también las que me permitieron realizar las entrevistas a profundidad y se mostraron interesadas en la investigación.

En Colombia seleccioné proyectos consolidados que tuvieran más de dos años trabajando y que se enfocaran al tema de interculturalidad. Cada organización o proyecto involucra personas indígenas y mestizas provenientes del mismo país, de tal manera que se pudiera conocer y observar las diferentes metodologías y modelos que utilizan para promover el diálogo intercultural en un país que, como México, es pionero en temas de interculturalidad y cambio social. Trabajé con entrevistados que formaban parte de dichos proyectos, tanto coordinadores y organizadores como también personas involucradas en los procesos interculturales, mestizas e indígenas.

El trabajo de campo para la presente investigación se divide en dos partes, la primera parte la llevé a cabo en Colombia, en los departamentos de La Guajira, Magdalena, Cundinamarca y Valle del Cauca. La segunda parte la realicé en México, en los estados de Chiapas ―Municipio San Andrés Sakam’chen― y Puebla ―Ciudad de Puebla y San Andrés Cholula―.

En la primera etapa fueron seis programas interculturales consolidados en Colombia. Realicé entrevistas a profundidad a coordinadores y participantes en programas y proyectos sobre interculturalidad y comunicación horizontal y propia, así como también en un proyecto fallido entre mestizos e indígenas, en los contextos de una emisora radiofónica indígena en Bogotá, una casa de medicina tradicional y tejido mhuyska en Bogotá, un taller de tejido wayuú en La Guajira, un proyecto político y social sobre la resistencia y el conflicto armado a partir de talleres de tejido con aguja capotera, en el Valle del Cauca, un proyecto de turismo responsable en comunidades de la Sierra Nevada de Santa Marta y en la Universidad Indígena Intercultural.

Los proyectos fueron elegidos con distintos parámetros. En primer lugar, se buscaron experiencias interculturales, entendiendo esto como proyectos y trabajos en donde colaboraran personas indígenas y mestizas de manera participativa y con fines en común, con sistema horizontal de organización.

En segundo lugar, elegí los proyectos enfocados al tema de comunicación (emisora de radio, proyecto de turismo y difusión de cultura y la Universidad Intercultural) o el tejido (proyecto de tejido Wayuú, casa de la medicina / tejido Mhuyska y los talleres de tejido con aguja capotera en el Cauca).

Por último, en Colombia elegí los proyectos recomendados y guiados por los académicos de la Universidad del Norte en Barranquilla, institución en donde llevé a cabo la estancia de investigación. A excepción del proyecto en el Cauca, sobre tejido de aguja capotera y trabajo con las víctimas del conflicto armado, este proyecto fue elegido después de haber conocido a una de sus colaboradoras, con quien entablé una relación personal de amistad, gracias a que compartimos tejidos y visiones similares de la vida en mi estancia en Colombia.

La segunda fase del trabajo de campo con enfoque de investigación cualitativa fue realizada en México, en el Estado de Chiapas y en el de Puebla.

Elegí estos estados porque, en primer lugar, por el trabajo preexistente a la investigación, un trabajo de tres años en colaboración con un grupo de mujeres indígenas de San Andrés Sakam’chen, los Altos de Chiapas, para la construcción, diseño y gestión empírica de talleres de tejido de telar de cintura en la ciudad de Puebla, con diversas mujeres mestizas que han acudido de manera espontánea a tomar los cursos.

Como segundo factor, Chiapas, y específicamente San Cristóbal de las Casas y Los Altos de Chiapas, son unos de los lugares en donde convergen más relaciones de personas indígenas con mestizas, y en donde se han desarrollado múltiples proyectos interculturales de México, así como también la influencia sociopolítica del Movimiento Zapatista de Liberación Nacional hacia la búsqueda de la interculturalidad y defensa del territorio y derechos de los indígenas (Acuerdos de San Andrés, 1996).

Por otro lado, la Ciudad de Puebla, ya que es el lugar en donde resido, por lo que ha sido el lugar en donde se han llevado a cabo los talleres de telar de cintura, lo que nos ha permitido contar con herramientas, información previa y actoras involucradas para las entrevistas de esta investigación.

Resultados: construcción de categorías para una propuesta metodológica de diálogo intercultural

Las catorce categorías construidas en esta investigación son resultado del trabajo de campo, las entrevistas y la observación participante. Estas se relacionan entre ellas, al mismo tiempo que se relacionan con las propuestas, opiniones, teorías y mis propias interpretaciones. La siguiente tabla muestra las relaciones entre categorías y conceptos teóricos, con la finalidad de visualizar la consistencia teórica y metodológica y su relación con los resultados del trabajo de campo.

Tabla única:
Relación de categorías y conceptos teóricos
Conceptos teóricos Categorías
Un diálogo para la construcción humana (Urbina, 2013; Ruiz, 2002;Argueta, 2021) Lengua vinculante Escucha a profundidad Interés sincero por cultura indígena Curiosidad por cultura mestiza Mirar de nuevo entre culturas
Diálogo de saberes para la utopía (Holloway, 2018; Lenkersdorf, 2008) Lengua vinculante Saber contextual Interés sincero por cultura indígena Mirar de nuevo entre culturas
Interculturalidad: el otro, yo, nosotros (Alsina, 2011; De Vallescar, 2001; De Sousa Santos, 2017) Mirar de nuevo entre culturas Escucha a profundidad Intercambio recíproco de conocimientos y saberes Conexión empática de sentir al otro Espacios propicios para la interculturalidad Elementos materiales para la interculturalidad Solidaridad entre mujeres Trabajar juntos en proyectos compartidos Apertura para la comprensión de la interculturalidad Curiosidad por cultura mestiza
Elementos esenciales para la interculturalidad (Moreno, 2016; Olivé, 2008; Fornet-Betancourt, 2004) Intercambio recíproco de conocimientos y saberes Acuerdos mutuos consensuados Conexión empática de sentir al otro Espacios propicios para la interculturalidad Elementos materiales para la interculturalidad Saber contextual Interés sincero por cultura indígena
Empatía, peldaño hacia la solidaridad (Beltrán, 2007; Freire, 1994; Lozano, Carrillo, Paéz, 2017) Lagarde, 2006 Conexión empática de sentir al otro Saber contextual Solidaridad entre mujeres Trabajar juntos en proyectos compartidos Mirar de nuevo entre culturas
El tejido como forma de expresión (Martínez y Angulo, 2016) Intercambio recíproco de conocimientos y saberes Conexión empática de sentir al otro Solidaridad entre mujeres
El telar de cintura / tejido colectivo (Lagarde, 2006) Intercambio recíproco de conocimientos y saberes Espacios propicios para la interculturalidad Elementos materiales para la interculturalidad Solidaridad entre mujeres
Comunicación horizontal (Alsina, 2011; Argueta, 2021) Escucha a profundidad Intercambio recíproco de conocimientos y saberes Acuerdos mutuos consensuados Conexión empática de sentir al otro Saber contextual Trabajar juntos en proyectos compartidos Apertura para la comprensión de la interculturalidad Interés sincero por cultura indígena Curiosidad por cultura mestiza Mirar de nuevo entre culturas
la autora

En relación con las categorías mencionadas, el interés mestizo por la cultura indígena se construye en conjunto con la curiosidad indígena por la cultura mestiza, ya que ambas partes requieren de una apertura para la comprensión intercultural para lograr trabajar juntos en proyectos compartidos.

Para llevar a cabo la propuesta de diálogo intercultural entre mujeres, son necesarias diversas actitudes por parte de los distintos grupos sociales y culturales involucrados, tales como: la solidaridad entre mujeres / sororidad, escucha a profundidad, conexión empática de sentir al otro, que a su vez son elementos psicosociales que surgen a partir de la unión de elementos materiales para la interculturalidad en espacios propicios para la interculturalidad. Para todo lo anterior, está la categoría de saber contextual / untarse el barro, que permite la viabilidad de la presente propuesta mediante una lengua vinculante, acuerdos mutuos consensados y un intercambio recíproco de conocimientos y saberes, para finalmente lograr, como menciona Lenkersdorf en su análisis sobre la cultura tojolabal, un emparejamiento entre culturas y lograr mirar de nuevo hacia un posible proyecto diferente de organización y convivencia humana, mirar de nuevo entre culturas. La interculturalidad es una teoría que facilita el diálogo, por lo que, fundamentado en ello, se logró construir como resultado, el diseño de una metodología deconstruida tomando elementos indígenas y elementos mestizos, que hacen de la concepción del tejido en telar de cintura, toda una metodología para construir conocimiento en colectivo acerca de las culturas que contrastan durante el encuentro e intercambio de conocimientos, en un espacio determinado, diseñado a su vez para propiciar la horizontalidad. A continuación, muestro un esquema entre categorías y conceptos para comprender las maneras en las que se relacionan entre sí y funcionan dentro de un mismo sistema de interdependencia.

Relación entre
categorías
Figura única:
Relación entre categorías
la autora

Propuesta metodológica para la creación de espacios de diálogo intercultural a través del tejido en colectivo como encuentro entre mujeres indígenas y mestizas

La interculturalidad, entendida como la capacidad de dos o más personas de diferentes culturas de escucharse mutuamente para intentar acercarse de manera horizontal a conocer la cosmovisión y formas de organización de un grupo cultural diferente, la relaciono con el desarrollo de relaciones humanas basadas en el interés por generar nuevas formas de comunicación y oportunidades de construcción de proyectos colectivos en búsqueda de un bienestar común. En este sentido, el diálogo intercultural plantea la posibilidad de construir espacios horizontales en los que personas de diferentes contextos y referentes culturales puedan encontrarse para intentar superar los prejuicios y barreras estructurales que han reproducido patrones verticales y unidireccionales de comunicación. Es por lo anterior que propongo una metodología de trabajo intercultural para crear espacios horizontales en los que mujeres indígenas y mestizas interesadas en el tejido, puedan mirarse como seres humanos diferentes, pero en un ambiente de equidad y en un horizonte de proyectos políticos compartidos.

Para el diseño de este espacio de encuentro mediante el tejido en colectivo, son necesarios ciertos elementos, por lo que desarrollé un modelo de encuentro y diálogo intercultural a partir de seis categorías de factores y características. Cada categoría fue resultado de una revisión documental, entrevistas y observación en proyectos interculturales, tanto consolidados y sistematizados como en uno enfocado al tejido que surgió de manera espontánea y empírica por la necesidad y deseo de encontrar una nueva forma de mirar a través de los hilos del telar. Como resultados de la investigación, planteo las consideraciones teóricas que sugiero tomar en cuenta para la construcción de espacios de diálogo intercultural entre mujeres indígenas y mestizas, proponiendo el tejido en telar de cintura como vehículo y puente de la comunicación horizontal en su primer acercamiento.

Los elementos que hay que tener presentes son los materiales simbólicos, los psicosociales, los contextuales, los del espacio físico, los dinámicos y los lingüísticos. Cada categoría de elementos contiene a su vez diferentes subcategorías para explicar a detalle los elementos necesarios para el diálogo intercultural entre mujeres. El elemento material simbólico elegido para la presente propuesta fue el tejido en telar de cintura por su significado en relación con la cosmovisión e historia de los pueblos indígenas, su contexto feminizado, tanto para las mestizas como para las indígenas, y la metáfora del concepto de tejer como el entrelazamiento de ideas, palabras, miradas y emociones que se utiliza en diversos medios y contextos urbanos y rurales.

Los elementos psicosociales que necesitan ambas partes, indígena y mestiza, son la empatía, la escucha atenta, la apertura a la interculturalidad y el respeto mutuo y consideración. Todas estas características se requieren para lograr un primer acercamiento horizontal y dispuesto al diálogo, cada una de ellas se desarrolla a partir del interés genuino y continuidad del proceso intercultural.

Los elementos contextuales los tomo en cuenta debido a la necesidad de poder comunicar referentes culturales, históricos y simbólicos para ambas culturas que se encuentran motivando de esa manera a la apertura y comprensión. Estos necesitan ser elementos urbano-mestizos y elementos indígenas rurales, que a su vez se diferencian por los contextos de cada grupo, los urbanos se dividen en la academia como institución, la industria como sector productivo, y las organizaciones no gubernamentales como articuladores sociales en la ciudad. Por otro lado, los elementos rurales se representan en los contextos de conexión con la madre tierra, la lucha y defensa por el territorio y las tradiciones y costumbres con el ejemplo específico de la vestimenta.

Los elementos del espacio físico son todas las características que tomo en cuenta para poder proponer un espacio tangible en donde pueda ocurrir el encuentro. Estas características son la ventilación, la iluminación, la organización espacial del grupo, el alimento y los elementos visuales. Asimismo, las dinámicas y estrategias que propicien de manera intencionada el diálogo intercultural son fundamentales y guía base del presente proyecto de investigación, así como forman parte de los elementos dinámicos. Dichos elementos dinámicos se dividen en las actividades y dinámicas que se proponen realizar con las participantes de los encuentros, tanto indígenas como mestizas, antes, durante y después del primer acercamiento entre ellas y con el tejido en telar de cintura como vínculo comunicativo.

Por último, de las experiencias observadas en Colombia y México, retomamos la necesidad de una categoría que integre los elementos lingüísticos, que, como menciono en el presente artículo, son parte del problema de comunicación entre cultura dominante y cultura dominada, pero que en el encuentro intercultural representan una oportunidad para realizar una propuesta comunicativa diferente, así como para fortalecer y apreciar la lengua no dominante. Para esta categoría, se derivan los elementos lengua vinculante y traducción, como posibles escenarios que se requieran, dependiendo del caso.

Estas consideraciones para la creación de espacios interculturales entre mujeres indígenas y mestizas, son parte de una propuesta comunicativa de diálogo, pero también forman parte de una búsqueda genuina de cambiar un sistema que hasta el día de hoy demuestra ser el responsable de una situación injusta y excluyente hacia algunas y de privilegios excesivos hacia otras, de una división social que nos separa y no permite encuentros ni oportunidades de visibilizar estas diferencias en un nivel consciente. Así mismo representa una necesidad de construir nuevos caminos para recorrer como seres humanos (en) un mismo territorio, con la capacidad de modificar conductas que nos enajenan e individualizan como sociedad.

En palabras de Eduardo Galeano (2013),

Aunque estamos mal hechos, no estamos terminados; y es la aventura de cambiar y de cambiarnos la que hace que valga la pena este parpadeo en la historia del universo, este fugaz calorcito entre dos hielos, que somos nosotros (p. 418).

Discusión

Y ¿Qué nos queda como tejedor@s comunicador@s del cambio social? Respecto al objetivo general de construir una propuesta metodológica para promover de manera intencionada el diálogo intercultural entre mujeres indígenas y mestizas, desarrollé una propuesta que integra los elementos de metodologías mediadoras en proyectos consolidados de diversas experiencias en Colombia, las voces y aportes de las mujeres indígenas y mestizas en un proyecto intercultural de tejido en telar de cintura en México y recomendaciones de investigaciones previas. En relación con la pregunta de investigación ―¿qué elementos se deben considerar para que la práctica del tejido en colectivo propicie un diálogo intercultural entre mujeres indígenas y mestizas?―, logré establecer un conjunto de elementos para promover y facilitar el diálogo intercultural intencionado.

Por otro lado, los elementos aportados en la presente investigación pueden ser considerados para su aplicación en muchos otros casos culturales y políticos de diálogo intercultural, ya que su carácter general los hace factibles de ser utilizados tanto en proyectos específicos de tejido como en otros proyectos en donde el objeto mediador del diálogo sea otro. El reto con el que ahora me encuentro es acerca del seguimiento de las prácticas interculturales que se vean motivadas por la presente propuesta, debido a que aún queda un espacio de oportunidad para la investigación intercultural con respecto a la trascendencia y evaluación de la propuesta bajo indicadores específicos para cada elemento (Binimelis-Espinoza, H y Roldán, T, 2017). Este tejido intercultural se ha conformado con los conceptos teóricos que elegí, como son: la empatía, la sororidad, la escucha atenta, el saber contextual, entre otros.

El objetivo de lograr conformar una alternativa comunicativa a las ya conocidas y experimentadas formas de comunicación patriarcal, colonizadoras y excluyentes ha sido un reto en el cual seguiré trabajando. Considero que una propuesta de diálogo intercultural entre indígenas y mestizas es un parteaguas ante tantos proyectos entre culturas inspirados por el interés en los textiles, técnicas indígenas y creación de nuevos empleos; pienso que propiciar un diálogo intencionado en una etapa previa a la posible integración de un proyecto económico y laboral en conjunto es una forma de hacer el cambio, no sólo en el sistema comunicativo e interpersonal, sino que también contribuye a crear grietas en la estructura económica capitalista (Holloway, 2018). También me doy cuenta ahora de que es una forma de conocer y acercarnos entre culturas con respeto; creo que para muchos tejedores indígenas o mestizos hace falta este acercamiento propiciatorio de la consideración mutua, cuando existe el interés en el arte y el diseño de lo que se hace con las manos, la creatividad y la tradición o innovación (Ojinaga, 2020). Para las relaciones interculturales, se requiere de conciencia social y ambiental, en pro de lograr una mejora en las relaciones culturales entre indígenas y mestizos; hace falta «emparejarnos» para entendernos mejor y coexistir de una manera digna para ambas partes (Lenkersdorf, 2008). Con los resultados alcanzados hasta el momento me surgen nuevas dudas e inquietudes con respecto a esta labor social de tejido intercultural, con vacíos y espacios de oportunidad para la investigación acerca de los bordados, tejidos y técnicas, con una posible resignificación de la organización social y ambiental que estos representan en la actualidad y futuro cercano.

Conclusión

Tomando en cuenta lo anterior, pienso que no somos únicamente tejedoras, sino que ahora también somos comunicadoras. Desde las ciencias de la comunicación me doy cuenta de cómo se ha dejado de lado el tema de la interculturalidad, al pensar que es algo utópico, «casi imposible», o que «eso no se puede lograr por el pasado colonizador que tenemos», como han dicho algunos. Es por ello que identifico la urgencia de generar y demostrar los destellos interculturales que aparecen y reaparecen en proyectos y experiencias no sistematizadas ni visibilizadas por su «bajo impacto» o «falta de teoría e investigación». Hablo de la interculturalidad como una manera de relacionarnos entre culturas con distintas cosmovisiones, contextos y papeles en el mundo, donde se sienten las personas a charlar y a aprender unos de los otros, compartiendo momentos efímeros y de reflexión. Creo importante mencionar que estos pequeños destellos no parecen importantes ante la crisis actual por la que atraviesa el mundo, por la que Latinoamérica y, específicamente, México se han visto desgarrados y cada vez más dividos entre sus grupos sociales, pero es también por ello que ahora pienso que es más importante visibilizarlos y trabajar sobre ellos para analizarlos y motivar su trascendencia (Bloch, 2019).

Para todos aquellos que aún creen que eso no es posible, que el problema rebasa las posibles soluciones imaginadas, para aquellos que desde su perspectiva no existen como tales estos momentos de tejido intercultural, quisiera decirles que con esta investigación, para mí, ha sido posible salir a escuchar y aprender de los otros, hasta del menos teórico o de la menos capacitada. Considero que el trabajo de la reconstrucción del tejido social requiere más de una persona, de apertura, deconstrucción de la realidad y de mucha creatividad. Esta deconstrucción comienza con la mente, pero también con el corazón y las manos, y qué mejor manera que tejiendo, no sólo hilos y estambres, sino también palabras, proyectos, propuestas y esperanzas. Este tejido en colectivo necesita lugares para realizarse, espacios que lo faciliten, técnicas y dinámicas para propiciarlo, pero, sobre todo, requiere de motores que enciendan la marcha y que crean que es posible, se necesita de tejedor@s interculturales.

Quien escribe, teje. Texto proviene del latín textum que significa tejido. Con hilos de palabras vamos diciendo, con hilos de tiempo vamos viviendo. Los textos son como nosotros: tejidos que andan (Galeano, 2001).

Referencias

Acuerdos de San Andrés. (2004). Material informativo de apoyo a la consulta. Convocada por el EZLN sobre la Ley elaborada por la COCOPA en materia de derechos y cultura indígena. Folleto 2. CEP/FOCA.

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Notas de autor

ana_sofia6092@hotmail.com

Información adicional

Cómo citar: Ortiz Andrade, A. S. (2021). Espacios de diálogo intercultural en México y Colombia: el caso del tejido en colectivo como encuentro entre mujeres indígenas y mestizas. Mediaciones 27(17). Pp. 287-301: https://doi.org/10.26620/uniminuto.media ciones.17. 27. 2021. 287-301.

El artículo deriva de la tesis de la autora titulada Propuesta para la creación de espacios de diálogo intercultural: el caso del tejido en colectivo como encuentro entre mujeres indígenas y mestizas, realizada para obtener el grado de maestría en comunicación y cambio social, de la Universidad Iberoamericana Puebla.: https://doi.org/10.26620/uniminuto.media ciones.17. 27.2021.287-301.

La autora manifiesta no estar incursa en ningún tipo de conflicto de interés.: https://doi.org/10.26620/uniminuto.media ciones.17. 27. 2021. 287-301.

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