Artículo de reflexión

Estudio de caso de la vulnerabilidad social en estudiantes de una escuela secundaria en México a partir de la pandemia por Covid-19

Case study of social vulnerability in students of a secondary school in Mexico from the Covid-19 pandemic

Alina Mena Muñoz
Universidad Autónoma de Tlaxcala, México

Revista Perspectivas

Corporación Universitaria Minuto de Dios, Colombia

ISSN: 2145-6321

ISSN-e: 2619-1687

Periodicidad: Trimestral

vol. 18, núm. 23, 2023

perspectivas@uniminuto.edu

Recepción: 09 Octubre 2023

Aprobación: 08 Noviembre 2023

Publicación: 30 Noviembre 2023



DOI: https://doi.org/10.26620/uniminuto.perspectivas.8.23.2023.134-150

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Resumen: La pandemia de Covid-19 trajo cambios en aspectos políticos, económicos, sociales y culturales. En el aspecto educativo se reinterpretó la forma tradicional de aprender y enseñar, así como la interacción entre docentes y estudiantes a distancia y en línea, en la cual los estudiantes presentaron dificultades en su proceso educativo; para dimensionar y comprender las problemáticas que tuvieron durante la educación en línea, se llevó a cabo una recolección de información de diferentes revistas científicas para dar cuenta de lo ocurrido, y se realizó un estudio de caso en una escuela secundaria de Tlaltepango, San Pablo del Monte, Tlaxcala, México; donde se aplicó la técnica de encuesta con enfoque cuantitativo no probabilística, que mostró la realidad que vivieron los estudiantes en su proceso educativo, algunas de las situaciones vividas fueron no contar con servicio a la red, falta de conocimientos y habilidades digitales, carencias económicas en el hogar, falta de tiempo para aprender a utilizar las TIC, entre otras; llevándolos a una exclusión y desigualdad social generando vulnerabilidad en los hogares.

Palabras clave: capital cultural, cultura digital, desigualdad social, educación a distancia, vulnerabilidad social.

Abstract: The Covid-19 pandemic brought changes in politics, economics, social and cultural aspects; In the Educative aspect reinterpreted the traditional way of learning and teaching as the interaction between teachers and students at the distance and on line which the students presented difficulties in the educative process; to size and understand the problematics which they had during the online education was carried out a data collection of different scientific magazines to recognize what happened and carried out a case study in a secondary school from Tlaltepango, San Pablo del Monte, Tlaxcala, Mexico, where it applied the survey technique with quantitative approach no probabilistic, which showed the reality that the students lived in their educative process, some the situations lived were do not have network service, lack the knowledge and digital skills, economic deficiencies in their homes. The lack the time to learn of use the TIC and others; Taking them an exclusion digital and social inequality generating vulnerability in the homes.

Keywords: Cultural capital, digital culture, social inequality, distance education, social vulnerability.

Introducción

Una de las preocupaciones fundamentales que enfrentamos como docentes durante la pandemia fue la escasa participación del estudiantado en las clases en línea, detrás de esta situación se encontraron otras, que posiblemente propiciaron el poco interés de los estudiantes a continuar con su proceso de aprendizaje. Así surgió la necesidad de identificar los motivos que no permitían a los alumnos conectarse a una clase en línea. Para poder realizar esta investigación se consultaron diferentes fuentes de información sobre las vivencias que tuvieron los estudiantes de educación básica a nivel mundial y nacional, para comprender la realidad que enfrentaba la educación desde una mirada global, y después poder realizar un estudio de manera local; se llevó a cabo una encuesta en una escuela secundaria en la comunidad de Tlaltepango, San Pablo del Monte, Tlaxcala, México; las dificultades de los estudiantes al recibir educación en línea desde sus hogares se dieron a conocer y se agudizaron, generando nuevas necesidades básicas para continuar estudiando, con ello se presentaron retos en diferentes contextos tanto internacionales, nacionales y locales.

En el estudio de caso que se realizó se encontró que en los hogares de los estudiantes había carencias económicas, sociales y culturales, durante la pandemia; estas carencias aumentaron la brecha digital, educativa y social, llevando a la desigualdad. De este modo, los estudiantes entraron y a formar parte de un grupo vulnerable dentro del sistema educativo, que los puso en desventaja frente a otros. Motivo por el que se considera necesario describir algunas problemáticas a nivel internacional y nacional, para estar conocedores de lo acontecimiento y llegar a la comunidad estudiada, con el fin de comprender la realidad de los estudiantes de educación básica y así estar preparados para una educación futura o a diferentes eventualidades naturales o sociales que no permitan una educación presencial.

La educación en la pandemia sufrió varios cambios derivados del cierre de escuelas que trajeron problemas en el proceso educativo, algunos de los retos que enfrentaron los hogares se presentaron en la revista Human Rights Watch (2021), informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal, 2020) y el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi, 2020a) de México. En este artículo también se analiza brevemente el impacto en el aspecto económico y social en la educación, y cómo vino a transformar a la sociedad, la manera de percibir la realidad en hogares vulnerables; en un primer momento se presenta el contexto internacional, nacional y local con los retos que hubo en pandemia en cuanto a educación en línea y el desajuste de derechos de igualdad en educación; continúa con la descripción de un estudio de caso con metodología cuantitativa para entender las dificultades que tuvo una escuela secundaria en la comunidad de Tlaltepango, San Pablo del Monte, Tlaxcala, México, y el reconocimiento de que los desafíos se presentaron de diferentes magnitudes.

Para el estudio cuantitativo se diseñó una encuesta con las variables: vulnerabilidad social, capital cultural, brecha digital y cultural digital; en el apartado de resultados se inicia con el desarrollo de la variable vulnerabilidad social de los hogares en pandemia y cómo llevó a mermar oportunidades para continuar con una educación a distancia, le sigue la variable capital cultural basada en conocimientos tecnológicos para el acceso de manera responsable a aplicaciones y plataformas educativas con el fin de tener calidad en el aprendizaje, y por último, se desarrolla la variable cultura digital que es la interacción entre el entorno, cultura y tecnologías; así como, la creación de nuevas prácticas sociales que llevan a un estudiante a crear conocimientos y habilidades que les permitan hacer uso adecuado de la red para beneficio propio, con el propósito de disminuir la brecha digital y la desigualdad social.

Contexto: internacional y nacional

En el año 2019, la Organización Mundial de la Salud conoció de varios casos de neumonía en Wuhan, China; en enero de 2020 señalaron que se trataba de un nuevo coronavirus denominado SARS-Cov2 o Covid-19 (Organización Panamericana de la Salud [OPS], 2019), la Organización Mundial de la Salud junto con la Organización Panamericana de Salud buscaron diferentes formas para que el virus no se propagara, e impusieron medidas por el número de casos y países afectados; el 11 de marzo del 2020, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, declaró una pandemia. Esta enfermedad impactó en diferentes rubros sociales, culturales, económicos y políticos.

En el aspecto social, la pandemia reflejó y agudizó la desigualdad, situando a la mitad de la riqueza mundial concentrada en un grupo de personas (Organización de las Naciones Unidas [ONU], 2020a), por lo cual la Organización Mundial del Trabajo alertó que millones de individuos perderían su empleo o serían subempleados; trabajando medio tiempo sin las ganancias necesarias para poder subsistir; con ello, las cifras de pobreza en infancia aumentaron y niños y adolescentes se privaron de alcanzar un desarrollo físico, económico y cognitivo en educación, que a futuro repercutirá en su vida adulta para conseguir un buen trabajo (ONU, 2020b).

En el aspecto económico hubo un colapso y miles de personas tuvieron que trabajar desde casa, la mitad de la fuerza laboral mundial careció de acceso a medios de vida provocado por los cierres de empresas y mercados. La reactivación del mercado laboral en América Latina fue lenta, e incluso en algunos aspectos aún sigue en recuperación, las personas que perdieron su trabajo no se reincorporaron rápidamente, a su vez no pudieron buscar empleo por las restricciones de movilidad que dio como resultado retirarse del aspecto laboral (ONU, 2020c).

En cuanto el aspecto educativo, durante la pandemia miles de adolescentes, niñas y niños no tuvieron acceso a la escuela, y cerca 1.400 millones de estudiantes estuvieron excluidos de sus escuelas preescolares, primarias y secundarias en más de 190 países (Human Rights Watch, 2021); se cree que la pandemia interrumpió la educación en 90 % de estudiantes del resto del mundo. Entre las dificultades a las que se enfrentaron se encontraron: el acceso a la red, las situaciones económicas adversas y la pérdida de interés en la educación. Con el cierre de escuelas, la educación se transformó para impartir a distancia y, por consiguiente, la deserción escolar aumentó. Aunque los estudiantes tienen conocimientos para entrar a la red, generalmente lo hacen para utilizar videojuegos y buscar contenido de su interés, pero no logran utilizar habilidades digitales para recibir educación a distancia y continuar su proceso de aprendizaje (Human Rights Watch, 2021).

En el año 2018, antes de la pandemia, en América Latina, alrededor del 80 % de estudiantes de 15 años que participaron en la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA), en la región, tenía acceso a internet en el hogar, y solo un 61 % tenía acceso a una computadora (Cepal, 2020). Estos datos muestran la diferencia entre tener acceso a internet y contar con un dispositivo tecnológico para recibir educación, aparte de estos aspectos se encuentra el uso apropiado del dispositivo y el acceso a la red para que el rezago educativo no aumentara; cabe mencionar que 51,2 % de niñas, niños y adolescentes que viven en zonas urbanas en América Latina residen en hogares con algún tipo de precariedad (Cepal, 2020), con esto resulta complicado tener un dispositivo que permita continuar con su educación y tener acceso a internet.

La encuesta denominada Ecovid-Ed 2020 (Encuesta para la medición del impacto Covid-19 en la educación), se realizó con el fin de conocer el impacto que hubo en educación durante la pandemia Covid-19, en niñas, niños, adolescentes y jóvenes de 3-29 años en el ciclo escolar 2019-2020 y en el ciclo 2020-2021 (Inegi, 2020a). Fue aplicada a 54,3 millones de personas, el 49,4 % son mujeres (26,8 millones) y el 50,6 % son hombres (27,4 millones), la distribución del nivel de escolaridad es similar entre ambos sexos y acorde a la edad en que se encuentran.

En la encuesta Ecovid-ed la herramienta que más utilizó la población estudiantil para la educación a distancia durante la pandemia fue el teléfono inteligente con un 65,7 %, seguido de la computadora portátil con el 18,2 %, computadora de escritorio 7,2 %, un 5,3 % con la televisión digital y la tableta el 3,6 % (Inegi, 2020a). En México, para el 74,6 % de la población de primaria, el aparato era propiedad de la vivienda y se tuvo que compartir con alguien más, y para el 21 % de ellos fue de uso exclusivo; en secundaria, el 52,6 % compartía el dispositivo, mientras que el 43,2 % era de uso exclusivo, en cuanto mayor sea el grado educativo el aparato se convierte de uso personal.

La deserción escolar también se presentó durante la pandemia; se estima que el 2,2 % de la población inscrita no concluyó el ciclo escolar, un 58,9 % fueron motivos relacionados con Covid-19, el 8,9 % por falta de dinero o recursos, el 6,7 % porque tenía que trabajar y finalmente el 25,5 % restante mencionó otros motivos distintos (Inegi, 2020a). Cuando se menciona motivos por Covid-19 destacan los siguientes: perdió el contacto con maestros 28,8 %, alguien de la vivienda se quedó sin trabajo 22,4 %, la escuela cerró definitivamente un 20,2 %, no tenía computadora o conexión a internet 17,7 %; la pandemia agudizó el abandono escolar; mientras que la economía de los hogares mexicanos va relacionada con el acceso educativo, motivo que me orientó a estudiar las dificultades que tuvieron los estudiantes de secundaria en Tlaltepango, Tlaxcala.

Contexto interno

Tlaltepango es uno de doce barrios que tiene el municipio de San Pablo del Monte, en el estado de Tlaxcala, México; cuenta con 396.41 hectáreas se localiza en la zona sur del municipio justo en la división del estado de Puebla y Tlaxcala, se trata de una comunidad con una población de 8.563 habitantes en su último registro en 2010 (Rivera Márquez et al., 2018) mientras que el municipio de San Pablo del Monte cuenta con 82,688 habitantes (Data México, 2020), así en la comunidad de Tlaltepango prevalecen aspectos urbanos por la concentración de personas en un espacio reducido (Inegi, 2020b); pero que conserva tradiciones y costumbres de las comunidades rurales como el carnaval, día de muertos y las fiestas patronales, entre sus actividades económicas principales están trabajadores de apoyo a la construcción, trabajadores de apoyo en actividades agrícolas, trabajadores del hogar y confeccionadores de prendas de vestir, en cuanto al grado educativo la mayoría de los habitantes de San Pablo del Monte estudió hasta la secundaria, seguido de la primaria (Data México, 2020).

Otra de las actividades por las que se destaca San Pablo del Monte a nivel nacional es por la elaboración de artesanías de cerámica en diferentes colores y diseños, artefactos de ónix y popotillo obras de arte elaborada a mano (Casa de las Artesanías de Tlaxcala, s. f.) lo que hace del municipio cuna de artesanos, y relacionar este tipo de arte con sus festividades.

Algunas de las problemáticas que presenta el municipio, y por consiguiente los barrios, son pertenecer a un grupo social juvenil que los estudiantes llaman “bandas”, con el objetivo de tener sentido de pertenencia y participar de actividades que ellos consideran necesarias para formar parte del grupo como realizar grafitis en calles o consumir estupefacientes, en dicho municipio se ha encontrado un laboratorio clandestino (Miranda, 2023), lo que lleva a situaciones de consumo en las instituciones educativas. Otra de las problemáticas que enfrenta el municipio es la trata de personas, pues en sus calles han desaparecido mujeres que en la actualidad siguen desaparecidas (Casas, 2017), incluso continúan con el secuestro de mujeres en los años más recientes (Jiménez Laguna, 2023) en el que las familias han normalizado esta actividad como forma de adquirir dinero fácil y sencilla.

Estas problemáticas impactan de manera directa a la sociedad y en la comunidad escolar, lo estudiantes llegan a normalizar este tipo de conductas relacionadas con la violencia, lo que desencadena problemas de comportamiento dentro de la institución educativa o poco interés en seguir estudiando, consecuencia de ver otras opciones más rápidas para conseguir dinero, y no contar con un proyecto de vida cimentado en oportunidades laborares lícitas, aunado con el nivel educativo de los padres que no priorizan seguir apoyando a sus hijos a estudiar, lo cual se complicó aún más en la pandemia.

En los hogares había precariedad económica, los estudiantes comentaban a los maestros que no contaban con saldo disponible en el celular para entrar a una clase en línea, tenían que esperar a padres de familia a que llegaran de su jornada de laboral y por las noches enviar la tarea; no contar con un dispositivo propio al tener que compartir con los hermanos que iban en diferentes grados educativos; incluso docentes se percataron de casos de violencia familiar por discusiones escuchadas de padres de familia mientras transcurrían las clases en línea, donde el alumno se quedaba taciturno al no saber cómo reaccionar con los profesores. Además de los ruidos externos, al no contar con un área específica de estudio en el hogar, también había estudiantes que tomaban clases en el lugar de trabajo de sus padres; todo ellos aunado a la falta de conocimientos en las habilidades digitales y el poco interés por seguir aprendiendo dificultó que el proceso de enseñanza-aprendizaje continuara, creando una nueva exclusión a partir de los diferentes tipos de desigualdad social, cultural, económica y digital, incorporando a los hogares e individuos a una mayor vulnerabilidad social en estudiantes de secundaria.

Motivo por el que se consideró necesario identificar las problemáticas que presentaron los estudiantes de la escuela secundaria en la comunidad de Tlaltepango, San Pablo del Monte, México, durante la educación en línea en pandemia

Metodología

La investigación es de enfoque cuantitativo descriptivo con el diseño de estudio de caso (Hernández Sampieri, 2014), la unidad de análisis son los estudiantes, la investigación tiene como objetivo identificar situaciones clave sobre las problemáticas que tuvo el estudiantado de una escuela secundaria en la comunidad de Tlaltepango, Tlaxcala, México durante las clases en línea ciclo escolar 2019-2020, consideradas como posibles causas de la desigualdad social que afectó su proceso educativo; este análisis se llevó a cabo al relacionar entre sí las variables vulnerabilidad social, capital cultural y cultural digital, se enfatizó la variable vulnerabilidad social al considerar que las otras llevan a la primera; para la descripción de situaciones problema se formuló un cuestionario estructurado de preguntas bajo un análisis objetivo de la realidad.

Se utilizó la técnica de encuesta por considerarla la más adecuada para la obtención de información objetiva, pasó por la etapa de selección del instrumento, diseño de muestra, diseño del instrumento, recolección de información, análisis de la información y resultados (López Romo, 1998). Se eligió el cuestionario como instrumento de investigación, describiendo las posibles situaciones que vivieron los estudiantes de acuerdo a la información recabada a nivel internacional y nacional, se elaboró para que los alumnos pudieran realizarlo de manera personal y presencial, sin intervención del investigador; se plantearon 15 preguntas cerradas, de las cuales 12 son con gradación en las alternativas de respuesta y 3 sin gradación en las alternativas de respuesta; las 5 últimas en el cuestionario fueron abiertas. El cuestionario se ha dividido en tres secciones considerando los momentos en que tomaron clases los estudiantes: la primera sección abarca lo relacionado con clases en línea; en la segunda sección, la modalidad híbrida (una semana presencial, una semana en línea); y, finalmente, clases presenciales. Es importante señalar que, en los tres apartados, se consideraron preguntas para medir capital cultural, cultura digital y vulnerabilidad social. El cuestionario fue entregado de forma física al estudiantado de los tres grados académicos que se cursan en secundaria, utilizando una muestra no probabilística en aquellos grupos donde se tuvo acceso (Yuni y Urbano, 2014). Esta investigación forma parte de una más amplia, por lo cual se presentan los resultados hasta el momento.

Tabla 1.
Encuesta 2022 “Estrategias digitales y sociales en pandemia y durante el regreso a clases
Modalidad educativa Variables
Clases en línea 33 ítems: relacionados con las situaciones vividas en línea. Capital cultural Cultura digital Vulnerabilidad social
Modalidad híbrida 28 ítems: relacionados con la forma de estudiar de manera presencial y en línea.
Clases presenciales 22 ítems: relacionado con el retorno completamente presencial de clases en línea
Fuente: Elaboración propia. Encuesta 2022 “Estrategias digitales y sociales en pandemia y durante el regreso a clases”.

Antes de la aplicación del cuestionario se realizó una validación por expertos y se aplicaron dos pruebas piloto, la cantidad de cuestionarios aplicados fueron 189, al turno matutino y al vespertino, al término del ciclo escolar 2021-2022 con el fin de que los resultados con el paso del tiempo no fueran alterados y poder recabar las experiencias vividas durante la pandemia.

De los 189 cuestionarios, contestados por 95 mujeres y 94 hombres, la información recolectada se capturó en un formulario de Google Forms, se pasó a la base de Excel, y por último se examinaron en el programa SPSS; para su estudio final se formaron grupos de respuestas de acuerdo a las variables: capital cultural, brecha digital, cultura digital y vulnerabilidad social. Los resultados del cuestionario fueron los siguientes 50,3 % de mujeres con 49,7 % de hombres, en edades centradas de 13 y 14 años.

Resultados y discusión

Vulnerabilidad social

La vulnerabilidad es definida como “la incapacidad de una persona o un hogar para aprovechar las oportunidades disponibles en distintos ámbitos socioeconómicos y mejorar su situación de bienestar o impedir su deterioro” (Katzman, 2000). En este sentido, se relaciona el proceso educativo durante la educación a distancia en pandemia Covid-19 y las dificultades que enfrentaron estudiantes en su proceso de aprendizaje, lo cual los llevó a un estado vulnerable; se consideraron las condiciones en las que se encontraban los estudiantes como alimentación inadecuada, falta de acceso a internet, no contar con un dispositivo tecnológico apropiado, tener que ir a trabajar, o cuidar a terceras personas, entre otras; condiciones que tuvieron a lo largo de su proceso educativo a distancia, señalando que la vulnerabilidad se presenta cuando hay fragilidad e indefensión en el entorno (Busso, 2001), ya sea en el hogar o en el individuo. En las siguientes gráficas se muestran algunas de las situaciones que vivieron los estudiantes durante la pandemia, lo que vulnera en cuanto a recibir educación a distancia.

Estudiantes que trabajaron durante la
educación a distancia
Figura 1.
Estudiantes que trabajaron durante la educación a distancia
Fuente: elaboración propia “Encuesta 2022 “Estrategias digitales y sociales en pandemia y durante el regreso a clases”.

En la figura 1 “Estudiantes que trabajaron durante la educación a distancia”, los porcentajes fueron un 39 % hombres y 28 % mujeres, mientras que algunos lo hicieron ocasionalmente; en este punto lo hogares recurrieron a generar más ingresos para poder cubrir sus necesidades básicas, con mayor fuerza de trabajo por parte de sus miembros, el objetivo era aumentar el capital económico sin importar otro tipo de capitales como el social y el humano (Katzman, 2000). Se entiende que la falta de oportunidades de los padres familia tuvo como consecuencias buscar ingresos en el hogar, los miembros más jóvenes tuvieron que trabajar y aportar para el mantenimiento de la casa, para algunos el trabajo es la vía principal para el bienestar social (Katzman y Filgueira, 1999); el no tener derecho a la educación es una forma de exclusión social mientras que las oportunidades futuras en el mercado laboral disminuyen, dejando de lado la educación de sus hijos y priorizando necesidades básicas como la alimentación.

Estudiantes que cuidaron a hermanos
menores durante la educación a distancia
Figura 2.
Estudiantes que cuidaron a hermanos menores durante la educación a distancia
Fuente: elaboración propia “Encuesta 2022 “Estrategias digitales y sociales en pandemia y durante el regreso a clases”.

En la figura 2 “Estudiantes que cuidaron a hermanos menores durante la educación a distancia” 29 % hombres y 13 % mujeres, aquí se refleja los roles de género que han sido impuestos culturalmente a lo largo de la historia y a las mujeres como cuidadoras del hogar; aunado, a la falta de tiempo que tienen las mujeres para adquirir conocimiento en habilidades tecnológicas en entender, comprender y desarrollar vínculos de confianza con la tecnología, por lo que en algunos casos las mujeres realizan actividades que requieren menor destreza tecnológica, lo que las sitúa en una posición de clara desventaja frente a los hombres (Vaca Trigo y Valenzuela, 2022), con ello no se deja de lado la falta de tiempo y dedicación a la educación por parte de ambos sexos, donde la mayoría de hombres alumnos son los que trabajan fuera del hogar.

¿A qué se debe que los estudiantes de secundaria dedicaran tiempo al cuidado de terceros y tuvieran que trabajar? De manera importante influye el contexto social en el que se desenvuelven, el vecindario o barrio puede tener desventajas, incluso para adquirir conocimiento, esto es un proceso de segregación espacial dentro de la estructura social (Kaztman y Retamoso, 2005); este tipo de segregación espacial se dio porque los padres de familia tuvieron que desplazarse a sus centros de trabajo, se encontraron lejos de los hogares y dejaron a sus hijos solos en casa, quienes, por ellos mismos, no tienen la disposición de aprender; como se señaló anteriormente, se dedican a la construcción o la maquila, sin tener tiempo para dedicar a las tareas educativas de sus hijos; las oportunidades de trabajo de este sector se encontraron fuera de casa y se descuidó con facilidad el hogar, existió, entonces, una doble exclusión social: una por la falta de oportunidades y otra por no tener acceso educación a distancia que es una limitación en derecho a la educación.

Es importante la formación de capital social para movilizarse o insertarse al mundo laboral, el tener carencias de diferentes tipos ya sean económicas o sociales, hace que la desigualdad se plasme dentro del espacio digital, pues no se accede a las mismas plataformas, ni se tienen los mismos recursos. Estar dentro de un mismo vecindario donde todas las personas más cercanas presentan las mismas condiciones económicas y culturales que imposibilitan la continuación de una educación digital, hace que no haya expectativas ni se generen hábitos relacionados con la formación de habilidades digitales (Katzman, 2000), creando una nueva exclusión social y formando parte de grupos vulnerables. En reuniones docentes se comentaba que estudiantes no tienen entre sus prioridades de vida estudiar, no les parece útil para un futuro o para que puedan insertarse a un mundo laboral, ni ven el hecho de aprender como el punto de partida para la toma de decisiones responsables o para conocer el mundo y tener otra posibilidad de movilidad social.

Capital cultural

El capital cultural deriva de la afiliación a un grupo social y de los aspectos socioculturales en los que un individuo se desenvuelve (Cerón Martínez, 2019). En este contexto, el capital cultural, en sus tres estados: incorporado, objetivado e institucionalizado, juega un papel crucial en el desarrollo de un estudiante y su integración en la sociedad. Inicialmente, el capital cultural institucionalizado se refiere, en otras palabras, a la posesión de un título escolar (Bourdieu, 1987), lo cual facilita la adquisición de nuevas oportunidades para integrarse a la sociedad mediante una movilidad ascendente. Este tipo de capital se obtiene en instituciones educativas, donde todos tienen el derecho a recibir educación.

Contar con un capital cultural incorporado, que engloba habilidades, destrezas y conocimientos, se logra a través de la educación institucionalizada y la influencia familiar en situaciones cotidianas del entorno en el que crece el estudiante. Este capital tiende a ser casi invisible e inmediato, dependiendo del nivel de capital cultural que posea la familia, y su adquisición requiere tiempo y dedicación (Bourdieu, 1987). La obtención de un capital cultural objetivado está relacionada con el número de propiedades vinculadas a la cantidad de capital cultural incorporado, que a su vez se asocia con el capital económico disponible. Es fundamental que este tipo de capital genere beneficios ganados.

Pierre Bourdieu ocupa la palabra “campo” para referirse al lugar donde se desarrolla este tipo de capital, que en un primer momento es la sociedad que forma parte del Estado espacios económicos, socioculturales, educativos entre otros (Cerón Martínez, 2019). El habitus es una forma de incorporarte a determinado campo de acuerdo a tus experiencias sociales externas y objetivas, así como las experiencias internas y subjetivas, el hábito se reproduce por las condiciones sociales que lo formaron y por una interiorización aprendida culturalmente. Este habitus está relacionado constantemente con las experiencias y puede modificar su estructura. El habitus es observable en las situaciones sociales, se estructura de acuerdo a la experiencia que se tenga y puede cambiar de un lugar o tiempo para entender la realidad (Zalpa, 2019). Los estudiantes de secundaria en la pandemia se incorporaron a una educación a distancia de acuerdo a las experiencias, conocimientos, habilidades que habían adquirido a lo largo de su vida, y de la convivencia familiar que era su bagaje cultural en la estructura de su habitus, habiendo una reproducción de las mismas ideas y formas de ver la realidad; esto relacionado con el tiempo de pandemia y el contexto de su comunidad, se pudo comprender que las condiciones o reglas para incorporarse a una educación a distancia son diferentes para cada hogar y persona, en este caso resultó complicado para padres y estudiantes reconocer la importancia de continuar con el proceso educativo a distancia, motivo por el que se consideró necesario entender parte del capital cultural de los hogares de donde procede el estudiantado.

En la figura 3 “Oficios de madres y padres de familia” y la figura 4 “Nivel educativo de madres y padres de familia”, se muestran los resultados de las madres y padres de familia y su actividad laboral como nivel educativo, con ello no se pretende minimizar la experiencia que han adquirido en su vida adulta, pero sí es importante resaltar que el capital cultural en sus tres estados se ha adquirido de diferentes formas.

Oficios de madres y padres de familia
Figura 3.
Oficios de madres y padres de familia
Fuente: elaboración propia “Encuesta 2022 “Estrategias digitales y sociales en pandemia y durante el regreso a clases.

Nivel educativo de madres y padres de
familia
Figura 4.
Nivel educativo de madres y padres de familia
Fuente: elaboración propia Encuesta 2022 “Estrategias digitales y sociales en pandemia y durante el regreso a clases”.

La ocupación principal de la mayoría de los padres de familia es la albañilería (construcción), con un 37%, seguida por otros oficios con un 15%, y el comercio con un 13%. En el caso de las mujeres, la maquila es la ocupación principal para el 30%, seguido por las amas de casa con un 25%. En cuanto al nivel educativo, tanto hombres como mujeres han alcanzado la educación secundaria, que abarca los años de 12 a 15 en México y se considera un nivel básico de estudios.

Desde una perspectiva de conocimiento tecnológico, el capital cultural institucionalizado se refiere a asignaturas o materias relacionadas con la tecnología. El capital cultural incorporado abarca los conocimientos en habilidades digitales y su aplicación, mientras que el capital cultural objetivado se relaciona con los dispositivos tecnológicos de los estudiantes, considerando su calidad y acceso a la red. En el estudio, se observa que el capital cultural tecnológico de los padres y madres de familia es limitado, influido por los aspectos socioculturales que poseen (Cerón Martínez, 2019).

La posesión de una cultura digital por parte de los estudiantes dependerá de las actitudes y habilidades de los padres de familia. Es crucial recordar que el éxito académico de un estudiante está ligado al capital cultural que posea y a las aptitudes naturales que haya desarrollado (Bourdieu, 1987). Sí las madres y padres de familia no cubren sus necesidades básicas, como alimentación, mucho menos pensaron en tener habilidades digitales que no usan en la vida cotidiana y no consideran necesarias, de ahí la importancia de que los alumnos de la secundaria no tengan entre sus prioridades de vida seguir estudiando y no se preocupen por la formación de un capital humano, que lleve a la formación de un capital social sólido y si fuera el caso a la formación de un capital económico estable, mejorando su calidad de vida utilizando estos capitales para una movilidad social ascendente o disminuir la vulnerabilidad social que hay en el contexto por ser una comunidad donde hay violencia sexual, adicciones y en ciertos lugares pobreza.

Cultura digital y brecha digital

La interacción de la humanidad con la tecnología ha engendrado modos de pensamiento distintos, dando origen a prácticas sociales que posibilitan conexiones a nivel global, dando forma a una cultura digital transformadora en la sociedad moderna (Riverón, 2016). Estas nuevas prácticas sociales generan comportamientos innovadores y conceptualizaciones de esquemas representativos de la realidad con una nueva dimensión espacial y temporal. En la dimensión espacial, se encuentran los dispositivos tecnológicos de forma tangible, mientras que en el espacio simbólico, donde interactúan todas las personas, surge la importancia de la conectividad y el tiempo en el que estamos inmersos. Esto fomenta nuevas experiencias personales y sociales en una dimensión cultural (Merino Malillos, 2010).

La cultura digital se forja cuando los participantes actúan, interpretan y producen; siendo los adolescentes y jóvenes los grupos sociales más destacados por su producción activa, ya que están inmersos en la red y motivados por un uso ético en la dimensión espacial intangible (Riverón, 2016). Contar con una cultura digital conlleva ventajas significativas, no se limita simplemente al acceso a internet, sino a utilizarlo de manera apropiada y con calidad.

En la figura 5 “Uso de datos del celular por estudiantes”, se observa que el 28 % tanto de hombres como de mujeres tuvieron que utilizar datos del celular, implicando gastos en su adquisición. Estos datos se destinaron a enviar tareas, realizar trabajos en plataformas y llevar a cabo otras actividades cotidianas, lo que a su vez redujo el tiempo en línea dedicado al estudio.

Uso de datos del celular por estudiantes
de secundaria
Figura 5.
Uso de datos del celular por estudiantes de secundaria
Fuente: elaboración propia “Encuesta 2022 “Estrategias digitales y sociales en pandemia y durante el regreso a clases.”

En las Figuras 6 y 7, el 50% de los hombres y el 60% de las mujeres tuvieron que contratar servicio de internet en casa para poder trabajar. Se puede inferir que su uso no era habitual y que la calidad del servicio era limitada. Otra dificultad encontrada fue la comprensión y uso de aplicaciones y plataformas educativas, así como la navegación en línea. Hubo casos de estudiantes que recurrieron a personas con mayores habilidades tecnológicas, representando el 15 % de los hombres y el 22 % de las mujeres.

En relación al dispositivo tecnológico más utilizado, fue el teléfono celular; sin embargo, cierta parte de la población tuvo que compartir el dispositivo, lo que afecta el rendimiento escolar debido a los horarios fijos de las clases. Además, la calidad del aprendizaje disminuye, ya que algunos dispositivos carecen de las aplicaciones actuales, dificultando el acceso a la red. Por este motivo, algunos estudiantes se vieron obligados a recurrir a lugares públicos como cafés internet, compartir dispositivos o visitar casas de familiares, poniendo en riesgo su salud y la de otros, y afectando negativamente su rendimiento académico.

Contratar internet en casa durante la
educación a distancia
Figura 6.
Contratar internet en casa durante la educación a distancia
Fuente: elaboración propia “Encuesta 2022 “Estrategias digitales y sociales en pandemia y durante el regreso a clases”

Estudiantes de secundaria que consultaron
a personas con mayores conocimientos tecnológicos
Figura 7.
Estudiantes de secundaria que consultaron a personas con mayores conocimientos tecnológicos
Fuente: elaboración propia “Encuesta 2022 “Estrategias digitales y sociales en pandemia y durante el regreso a clases”

En la comunidad bajo estudio, la carencia de acceso a la red y de habilidades digitales, vinculadas a la actividad laboral de los estudiantes durante las clases, junto con el capital cultural de los padres y madres de familia y las limitaciones económicas, así como el entorno en el que los estudiantes se desenvuelven, ha exacerbado el rezago educativo y la vulnerabilidad social. Por ende, se considera esencial que los estudiantes, como mínimo, dispongan de acceso a la red y cuenten con la capacidad de utilizarla. La contrapartida de la cultura digital es la brecha digital, que abarca el acceso a dispositivos tecnológicos, se extiende a la calidad del servicio y se relaciona con la relevancia de las habilidades digitales en la vida cotidiana (De Vasconcelos Aguiar, 2022). Se ha establecido que la brecha digital se manifiesta en el acceso, uso y apropiación de la tecnología (Gómez Navarro et al., 2018).

Los resultados evidencian la desigualdad en la educación a distancia experimentada por estudiantes en hogares vulnerables, generando exclusión social. Por ello, adquiere importancia el proceso de culturización para formar ciudadanos digitales con aspiraciones diversas, difuminando fronteras en los aspectos culturales, sociales y económicos para que sean ciudadanos globales en una sociedad de la información y el conocimiento (Riverón Rodríguez, 2016). Esto garantizará que, en momentos en que se requiera participar en clases en línea, el acceso y el conocimiento no constituyan impedimentos.

Resulta necesario que en niveles básicos de educación los estudiantes formen una cultura digital, para que en futuro hagan uso adecuado de la misma, un nuevo poder de comunicación para cambios sociales e incorporarse a nuevas actividades dentro del proceso de culturización; como ser emprendedores, tener audiencias activas, ser un consumidor informado y poder acceder a nuevas modalidades de aprendizaje e-learning, m-learning; participar en las instituciones de gobierno electrónico, en movimientos sociales y ser un ciudadano en la política desde una visión informada, en una cultura propiamente de autonomía (Castells, 2014). Resultan interesantes las nuevas activas económicas que se han creado a partir de la formación de una cultura digital, los estudiantes de secundaria pueden conocer este tipo de nuevas prácticas sociales, pero resulta primordial que tengan donde poder ejercer dichas prácticas, para que el conocimiento que obtengan sea interesante y necesario como prioridad en su proyecto de vida, y en un futuro poder insertarse al mundo laboral para mejorar su situación social.

Conclusiones

En la comunidad estudiada se pudo evidenciar la desigualdad y exclusión digital existente, es cierto que se realizaron esfuerzos tanto institucionales como de los propios docentes para continuar con el proceso de aprendizaje, las mismas circunstancias de los estudiantes dificultaron la concreción de la actividad educativa del estudiantado investigado; los más afectados fueron los hogares vulnerables en aspectos económicos, sociales y culturales, los niños o adolescentes recibieron una educación a distancia deficiente, llevando a desertar del sistema educativo o dar poca importancia a la continuidad de sus estudios.

La comunidad, la familia y el individuo son los responsables del proceso educativo de los niños, niñas y adolescentes, deben trabajar en conjunto para que haya resultados favorables, cubriendo cada una de las necesidades educativas del contexto. En la pandemia Covid-19 se evidenció la carencia económica de los hogares y la falta de interés por aprender, lo que generó un rezago educativo en una comunidad que poco le importa la calidad de formación del capital humano, además de que el capital cultural que poseen dificulta la comprensión de las tareas educativas, cuando los padres de familia no las comprenden, no tienen a quien acudir y dan por terminada la situación. Para que esto no suceda, es necesario retomar el interés en estudiar a pesar de las adversidades que se susciten en el momento y cambiar la mentalidad en cuanto a los problemas sociales que presenta la comunidad, adicciones, trata de personas, precariedad y falta de proyectos de vida.

Se considera necesario la formación de una cultural digital en los estudiantes, que vaya más allá de poseer conocimientos digitales, puesto que la pandemia vino a cambiar las condiciones de vida de los estudiantes, donde era útil y necesario acceder y dar uso correcto a las diferentes tecnologías de información y comunicación, con el fin de estar preparados a eventualidades futuras, y disminuir no solo la brecha digital, sino también la social que llevó a una desigualdad económica y de exclusión. Continuar estudiando a pesar de los cambios del contexto, o de ser una educación en línea, brinda oportunidades a estudiantes para participar en nuevas actividades de empleo, todo esto con el fin de enriquecer la vida cotidiana y la sociedad del conocimiento, sin olvidar que deben existir condiciones y oportunidades para visualizar la educación como una forma responsable de insertarse a la sociedad.

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