Narcotráfico y
conflicto armado: una perspectiva internacional de la violencia
Drug trafficking and armed conflict: an international perspective on
violence
Contreras
Gonzalez Osmar
Universidad de
La Ciénega del Estado de Michoacán de Ocampo
Licenciatura
en Estudios Multicult
osmarcontreras@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-0510-9710
Castañeda
Polanco Juan Gabriel
Corporación
Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO
jucastaneda@uniminuto.edu
https://orcid.org/0000-0001-7632-7526
https://revistas.uniminuto.edu/index.php/Pers/issue/view/195
59-70
RECIBIDO : JULIO 2 -2019
ACEPTADO: ENERO 3 - 2020
RESUMEN
El presente artículo pretende realizar una
recopilación de los hechos violentos que se suscitan en México y Colombia a
través de un recuento de datos mediante el narcotráfico y el conflicto armado
para determinar la inferencia que puedan tener ambos países en el incremento de
la violencia en sus últimas décadas. Se buscará indagar cómo los procesos
sociales han influido en la actualidad, y cómo estos mismos han sido
reconfigurados dentro del ámbito social para determinar los factores que
infieren dentro de la violencia y que repercuten en la calidad de vida de los
ciudadanos. La información se obtendrá mediante el análisis de fuentes
documentales: bases de datos, instituciones gubernamentales, medios de
comunicación y fuentes periodísticas que permitan recabar los principales
hallazgos entre ambos países para su muestra y comparación de resultados.
Palabras Clave: violencia, legitimación, narcotráfico, conflicto
armado.
ABSTRACT
This article aims to compile a compilation of the
violent events that occur in Mexico and Colombia through a recount of data
through drug trafficking and the armed conflict to determine the inference that
both countries may have in the increase in violence in its last decades. It
will seek to investigate how social processes have influenced today, and how
they have been reconfigured within the social sphere to determine the factors
that infer within violence and that affect the quality of life of citizens. The
information will be obtained through the analysis of documentary sources:
databases, government institutions, the media and journalistic sources that
allow the main findings between the two countries to be collected for their
sample and comparison of results.
Keywords. violence, legitimation, drug trafficking, armed
conflict.
Introducción
Los
Contextos de violencia que se suscitan en el siglo XXI en México y Colombia han
generado un cambio importante dentro de los procesos sociales que hoy en día
reconfiguran la convivencia y la vida diaria dentro de las sociedades. El
narcotráfico y el conflicto armado ha tomado gran relevancia en los últimos
años debido a los factores de riesgo que ambos representan como fenómeno social
dentro de la cotidianidad. La violencia ha sido un factor de riesgo que ha
atribuido diversos procesos atribuidos a un fenómeno globalizador que se ha
convertido en un hecho trascendental para la vida de los ciudadanos a lo largo
de la historia.
En
México la violencia ha desplazado a cientos de personas de sus hogares debido a
los altos índices de homicidios en el país. De acuerdo a
fuentes oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y
el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), la guerra contra el
narcotráfico ha generado 250.547 muertes en el periodo de 2006 a 2018. Estas
cifras alarmantes han permitido que la seguridad nacional para los mexicanos
sea precaria e ineficiente debido a los altos índices en el número de casos de
violencia que se ven efectuados en el país y en el “el alto índice de
asesinatos en México y América Latina; esto tiene que […] ver con la manera en
que la ausencia del Estado en zonas marginadas promueve la
violencia como un mecanismo social que busca satisfacer la necesidad
de justicia” (Borbolla
Hernández, 2018).
En
el caso de Colombia, el índice de violencia generado por el conflicto armado
según el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), se reportaron 261.619
homicidios de 1958 al 2018, siendo el periodo de mayor auge en las últimas décadas.
La
violencia que ha padecido Colombia durante muchas décadas no es simplemente una
suma de hechos, víctimas o actores armados. La violencia es producto de
acciones intencionales que se inscriben mayoritariamente en estrategias
políticas y militares, y se asientan sobre complejas alianzas y dinámicas
sociales. Desde esta forma de comprender el conflicto se pueden identificar
diferentes responsabilidades políticas y sociales frente a lo que ha pasado (Centro
Nacional de Memoria Histórica, 2013).
Sin
embargo, estas cifras alarmantes se centralizan en actos de guerra que la misma
sociedad en general han sufrido mediante efectos colaterales ante la serie de
represalias generadas por las guerrillas y el narcotráfico, en la cual, se han
visto inmersos en dicho conflicto hasta la época actual.
La
Organización Mundial de la Salud menciona que “la violencia es un problema
complejo, relacionado con esquemas de pensamiento y comportamiento conformados
por multitud de fuerzas en el seno de nuestras familias y comunidades, fuerzas
que pueden también traspasar las fronteras nacionales” (Krug, Mercy, Dahlberg,
& Zwi, 2003).
La
violencia se hizo visible y dolosa en América Latina a mediados de la década de
los ochenta, debido a una serie de factores políticos, económicos, sociales y
culturales.
Los
contextos de violencia en México y Colombia han generado acontecimientos
importantes a lo largo de la historia, tanto el narcotráfico como el conflicto
armando, han producido efectos de violencia que, en gran medida, han sido
producidos por la alta demanda de estupefacientes que ha emanado el consumo a nivel
mundial; con la creación de organizaciones trasnacionales los altos niveles de
consumo en los distintos países y regiones produjeron una nueva demanda ante el
prohibicionismo emitido e impulsado por los Estados Unidos en la década de los
ochentas. Lo cual, fue producto del surgimiento de nuevas economías ilícitas en
ambos países.
No
se puede concebir la violencia en México y Colombia sin la concepción de este
tipo de actos sin la promulgación de dicha norma. Puesto que, no es posible
pasar por desapercibido este factor sin mencionar que Estados Unidos jugó un
papel importante en la divulgación de dicha ley como efecto benefactor para su
propio desarrollo con la incorporación al decreto de los países
latinoamericanos en el combate de las drogas.
Harry
J. Anslinger fue el primero en impulsar la
prohibición de drogas en los Estados Unidos, la alta demanda de drogas comenzó
a dominar las políticas de control en el mercado, situación que rápidamente
fijaría la mirada en el exterior a través de las medidas diplomáticas
antinarcóticas con el objetivo de que las naciones vecinas se apegarán a sus
normas y políticas para generar un nuevo régimen internacional en el cual
Estados Unidos pudiese determinar con su sistema la relación y control del
narcomenudeo existente entre los países adheridos a la promulgación.
“Finalmente, la alianza forjada entre estos “empresarios morales” pioneros y la
naciente burocracia antinarcóticos en Washington impulsó la exitosa
globalización de las políticas estadounidenses de prohibición (Morales
Oyarvide, 2011).
Para
los Estados Unidos era de suma importancia que América Latina se adhiriera al
régimen prohibicionista debido a los factores de beneficios internos y externos
que tendrían al sumarse estos países con las acciones de —beneficio— de las
cuales obtendría al estar estas naciones a disposición en el combate a las
drogas a nivel mundial. Para México la promulgación antinarcótica en sus
inicios no fue un problema, sino hasta mediados de la década de los ochenta
donde el tráfico de marihuana y opio se vieron afectados tras la incursión al
régimen antinarcótico en el siglo XX, con la implementación de los acuerdos
internacionales relacionados a la prohibición. Dicha política jugó papel
importante en la desestabilización de la sociedad y del país; tras la firma del
gobierno mexicano a todos los acuerdos internacionales relacionados a las
políticas de estupefacientes y sustancias psicotrópicas en 1988 por los Estados
Unidos el país obtuvo un declive con la promulgación de dicha ley.
2. Materiales y
métodos
En
el caso de Colombia la problemática data a partir del año 1964 a través de un
conflicto político – territorial, donde los cárteles y guerrillas tomarían el
control de las regiones montañosas con nula presencia por parte del Estado para
poder mantener y subsistir a las guerrillas y así poder cultivar la hoja de
coca para generar ingresos mediante los cultivos de cocaína a cambio de
erradicar la presión por parte del gobierno con la implementación de las leyes
antinarcóticas de control generadas con la promulgación. “El negocio del
narcotráfico en Colombia es básicamente de cocaína: siembra más o menos
dispersa, con frecuencia en territorios controlados por la guerrilla,
procesamiento y contrabando hacia Centroamérica, México, Europa y EEUU. La actividad sigue teniendo un fuerte componente rural
porque la principal ventaja comparativa de Colombia es su capacidad para el
cultivo” (Escalante
Gonzalbo, 2009).
La
importancia de Estados unidos por introducir a México y Colombia a este régimen
lograría un efecto inmediato en ambos países y en Latinoamérica debido a la
alta producción de narcomenudeo que comenzaba a surgir en los Estados Unidos
por medio de las drogas, siendo ambos países una importante catapulta en la
exportación hacia la unión americana. Dicha ley obtendría un papel decisivo en
la aparición de nuevas economías ilícitas en los circuitos de transportación en
ambos países y en el extranjero, papel que formaría poco después a importantes
actores sociales en el ámbito del narcotráfico en la venta y exportación de
drogas a nivel internacional.
3.
Resultados
Tras
la adherencia a esta promulgación ambos países se vieron forzados a insertarse
a las presiones norteamericanas bajo el régimen prohibicionista, debido a las
presiones por parte del gobierno estadounidense por contrarrestar el consumo de
las drogas en su país; las consecuencias se verían reflejadas bajo amenazas por
parte de los Estados Unidos al dificultar las relaciones unilaterales entre las
naciones al no acatarse a sus reglas. México se hubiese visto perjudicado
económicamente debido al retiro de apoyos a través de las negociaciones en
puesta por los EU y al condicionar sus apoyos obtenidos durante la crisis
económica en el país. Además de amenazar con denunciar a políticos de la élite
mexicana que se vieron involucrados en actos de corrupción, donde el gobierno
mexicano con dichas amenazas no tuvo otra opción más que acudir a los actos de
subordinación por parte de los estadounidenses. Froylan Enciso (2010: 62),
considera que: “esta suscripción especialmente para el caso mexicano, se trató
del producto de una estrategia de extorsión y chantaje, producto de amenazas y
manifiesta en el hecho de que la mayor parte de las ganancias por venta de
drogas se obtienen en Estados Unidos y no en México” (Morales
Oyarvide, 2011).
En
el caso de Colombia las guerrillas fueron parte esencial para comprender el
conflicto armado debido al vínculo social generado en la toma de decisiones y
del control de las regiones para salvaguardar a la población campesina en la
lucha por sus ideologías y de sus posturas políticas.
Ante
dicha situación de desconocimiento y abandono por parte del Estado a
determinados sectores del territorio -que en Colombia tiene mayor notoriedad en
las zonas periféricas -, se hace inminente el surgimiento y posicionamiento del
otro tipo de figuras que, cimentadas en el uso de la fuerza y de la violencia
directa, imponen un régimen con la finalidad de establecer una estructura
social que actúe en pro de los ideales del grupo y que desplaza al Estado por
su ausencia (Barbosa
Calderón, Ariza Rodriguez, Bermúdez Vélez, &
Espinosa Rodríguez, 2019).
Estas
organizaciones resultan ser ambiguas en medida que resultan ser intransigentes
ante la brutalidad en la cual se encuentran sometidas ante la falta de la
presencia por parte del Estado y el apoderamiento de las zonas por los grupos
criminales y de los grupos guerrilleros derivados de una problemática nacional
ante la ausencia de un gobierno caído mediante la lucha sangrienta generada por
la guerrilla, el narcotráfico y una sociedad desestabilizada y descentralizada
en el país.
La
prohibición de drogas obtuvo nuevos desplazamientos del crimen organizado hacia
las zonas montañosas debido a la alta persecución por parte del gobierno. La
incursión de una nueva ola de violencia por parte de células delictivas del
narcotráfico en México y Colombia generaron un negocio de poder y de lucro,
donde la fuerzas económica generaron un alto índice de interés a partir de los
altos niveles de consumo en la sociedad; la inestabilidad en ambos países y la
baja tasa de ingresos en el ámbito laboral ha generado tendencias al delito
ante la necesidad de insertarse en prácticas ilícitas como medio de solvento
económico en el manejo de recursos económicos y familiares; las instituciones
gubernamentales ineficientes han incrementado en la sociedad tendencia a la
inserción delictiva como una opción de vida, teniendo en cuenta que el objetivo
principal de insertase en este tipo de actividades es obtener una mejora para
la calidad de vida.
Calidad
de vida es un estado de satisfacción general, derivado de la realización de las
potencialidades de la persona. Posee aspectos subjetivos y aspectos objetivos.
Es una sensación subjetiva de bienestar físico, psicológico y social. Incluye
como aspectos subjetivos la intimidad, la expresión emocional, la seguridad
percibida, la productividad personal y la salud percibida. Como aspectos
objetivos el bienestar material, las relaciones armónicas con el ambiente
físico y social y con la continuidad, y la salud objetivamente percibida (Ardila,
2003).
Estos
estereotipos son adquiridos a temprana edad por niños y adolescentes propensos
a violencia intrafamiliar, abuso físico y conductas tendenciosas. Por otro
lado, los cuerpos de seguridad dirigidos por el Estado,
son propensos a violentar a la sociedad y generar temor e inseguridad hacía los
ciudadanos: situación que deja al individuo en extrema vulnerabilidad en el
clima social en el que se rodea. Considerando el factor económico en las
sociedades más vulnerables como un estado de condición para las personas de
escasos recursos que se encuentran sometidas a extrema vulnerabilidad y que
ante la falta de un órgano de seguridad logre salvaguardar sus derechos como
ciudadano.
Los
niños, niñas y adolescentes que viven en áreas urbanas marginales –provenientes
de sectores sociales tradicionalmente excluidos y pobres- así como aquellos de
determinado origen étnico, sufren cotidianamente situaciones de discriminación
y de violencia. Entre ellos, el grupo más afectado por la violencia son los
adolescentes varones. Los adolescentes son utilizados y explotados por estos
grupos y organizaciones para sus actividades delictivas, o son captados y se
vinculan con las maras o las pandillas violentas (Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, 2015).
Las
condiciones de violencia pueden están sujetas e influenciadas de acuerdo a los
contextos y condiciones que se sitúan por medio de la coyuntura entre la
criminalidad, la delincuencia, el narcotráfico, el Estado y la ilegalidad,
donde los diversos procesos se han podido manifestar desde diferentes
perspectivas ante la condición de vida de los ciudadanos; según el núcleo
correlacional de vida y el bienestar social, se ha considerado a el desarrollo
humano como una posible variable de legitimación en los hechos violentos atribuidos a una conducta individualizadora
que toma como influencia el bien
personal para su mismo crecimiento, mismo que hace de una práctica de
reproducción totalmente inherente a su propia lógica como método de
subsistencia y de crecimiento propio.
La
violencia puede ser consecuencia de modificaciones en patrones de
comportamiento de los sujetos que se anclan en la realidad; es decir, reflejo
de lo que los seres humanos hacemos todos los días en diferentes contextos,
económicos, políticos o sociales, o bien puede ser producto de la ficción, es
decir, ser producto de la creatividad de escritores que la plasman en
diferentes contenidos que se proyectan en el cine o la televisión, o bien se
difunden a través de nuevos medios (Casas
Pérez, 2011).
4. Conclusiones
El
nivel de satisfacción de vida en un ambiente permeado por la violencia y en
mayor medida, delimitado por la insatisfacción personal, ha permitido
relacionar la importancia de los factores de bienestar social como concepto de
vida entre los aspectos relacionados a la familia, la crianza en el circulo
social, la convivencia y la seguridad mediante los comportamientos a nivel
estructural en los procesos de adaptación de vida en los sujetos. La violencia
atribuida por la descomposición social en los últimos años ha generado un
cambio importante al factor de riesgo al que se enfrenta el individuo y la sociedad
con respecto a la seguridad; estas transformaciones, en mayor medida están
llenas de inseguridades y superan la capacidad del hombre por salvaguardar la
protección de la vida humana ante las desigualdades a la que se enfrenta una
sociedad perpetrada por políticas globalizadoras e individualizadoras que a lo
largo de la historia han obtenido resultados a costa del bienestar de las
familias; repercusiones que han sido inevitables y que ha creado un clima de
desigualdad ante el resurgimiento evidente de nuevas sociales controladas de
acuerdo a la generalización y extensión del riesgo en las transformaciones
económicas y culturales en la crisis de la era moderna del siglo XXI.
De
allí que los debates actuales sobre los riesgos sociales resuelvan esta “paradoja
de la desilusión” mediante un denominador común del cambio social: la
transfiguración de la modernidad en una nueva etapa (segunda, alta, tardía,
desarrollada, múltiple, incumplida, líquida, inacabada, etcétera), en la que
predomina una sensación de incertidumbre que, además, emana reflexivamente y
que, entre otras cosas, pone en cuestionamiento el mapa de las desigualdades
sociales estructurales (Mancini, 2015).
La
violencia ha sido un factor que ha perpetrado ampliamente y se ha adaptado de acuerdo a nuestra cotidianidad, generando conductas
normalizadoras del fenómeno social a través de una realidad que se encuentra
fuera de nuestras vidas, principalmente, que se ha visto influenciada por el
impacto generado en la alteración del fenómeno social de la violencia. Esta
serie de hechos trascendentales que vivimos día con día han percibido una
realidad conservadora, realidad que hemos concebido al naturalizar y legitimar
la violencia mediante el consumo de los diversos medios a través de la
violencia. “[…] La privilegiada situación geográfica de los dos países ha
permitido el crecimiento del mismo, generando tensiones regionales y globales
por el impacto violento de las actividades de los carteles que operan el
tráfico clandestino y que utilizan el territorio como plataforma para
actividades agrícolas, industriales y de servicios que complementan lo que
podríamos denominar
la industria más productiva en los nuevos tiempos” (Cadena Montenegro, 2011).
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