COMUNIDAD SORDA: APROXIMACIÓN A SU CULTURA EN EL ÁREA METROPOLITANA

DEAF COMMUNITY: AN APPROACH TO THEIR CULTURE IN THE ME- TROPOLITAN ÁREA

COMUNIDADE SURDA: APROXIMAÇÃO À SUA CULTURA NA ÁREA METROPOLITANA

Luisa Fernanda Suárez Monsalve
luisa.suarez@uniminuto.edu.co
https://orcid.org/0000-0003-2415-594X
Corporación Universitaria Minuto de Dios- UNIMINUTO,
Bogotá-Colombia

Neffer Marcela Rivas Renteria
nrivasrente@uniminuto.edu.co
https://orcid.org/0000-0001-8706-9569
Corporación Universitaria Minuto de Dios-UNIMINUTO, Bogotá-Colombia

Edgar Fernando Caballero Hernández
ecaballeroh@uniminuto.edu.co
https://orcid.org/0000-0002-9779-4593
Corporación Universitaria Minuto de Dios-UNIMINUTO, Bogotá- Colombia

Fecha de recepción: 11 de octubre de 2020
Fecha de aceptación: 21 de julio de 2021
Fecha de publicación: 1 de julio de 2021

Encuentre este artículo en: http://revistas.uniminuto.edu/index.php/IYD
Para citar este artículo / To cite this article
Suárez, L., Rivas, N. & Caballero, E. (2021). Comunidad Sorda: Aproximación a su cultura en el área metropolitana. Revista Inclusión y Desarrollo, 8 (2), pp 54-64


RESUMEN

El presente estudio pretendió describir la cultura sorda en el área metropolitana. Cualitativo etnográfico donde se recolectaron datos a través de entrevistas semiestructuradas a intérpretes y personas sordas, exploración de redes sociales, lectura de artículos indexados y de reflexión, navegación en páginas web de asociaciones de sordos y observación no participante al interior de la comunidad; posteriormente se categorizó y analizó la información. Se encontró una cultura con valores mismos que surgen dentro de los entornos de socialización y lucha por necesidades en materia de comunicación y acceso a diversos espacios y roles. No es posible generalizar la cultura sorda del área metropolitana a otras culturas, así como sucede también con población oyente. Se identifica la incidencia de la lengua de señas en la construcción de interacciones costumbres y creencias facilitando la constitución de todos los elementos que la establecen como comunidad y cultura. Se identificaron estudios de culturas sordas (App nivel internacional en países hispanohablantes) de países distintos a Colombia, coincidiendo en la identificación de esta población con lengua materna distinta a la de su nación. Es importante socialmente el reconocimiento de la situación actual de este grupo social, con necesidades y características especiales que requieren ser visibilizadas. La comunidad sorda del área metropolitana es diversa tanto en su capacidad comunicacional dentro del mismo territorio y distinto vocabulario según la región del país, lo que dificulta desagregar sus diferencias para identificar aspectos en común de la comunidad.

Palabras clave: cultura, persona sorda, lengua de señas colombiana.

ABSTRACT

The present study aimed to describe deaf culture in the metropolitan area. Ethnographic qualitative where data were collected through semi-structured interviews with interpreters and deaf people, exploration of social networks, reading indexed articles and reflection, web browsing of associations of the deaf and non-participating observation within the community; the information was then categorized and analysed. We found a culture with the same values that arise within the environments of socialization and struggle for communication needs and access to diverse spaces and roles. It is not possible to generalize the deaf culture of the metropolitan area to other cultures, as it happens also with hearing population. The incidence of sign language in the construction of interactions customs and beliefs is identified facilitating the constitution of all the elements that establish it as community and culture. Of deaf cultures (App international level in Spanish-speaking countries) from countries other than Colombia were identified, coinciding in the identification of this population with a mother tongue different from that of their nation. It is important socially to recognize the current situation of this social group, with special needs and characteristics that need to be made visible. The deaf community of the metropolitan area is diverse both in its communication capacity within the same territory and different vocabulary according to the region of the country, which makes it difficult to disaggregate their differences to identify common aspects of the community.

Keywords: culture, deaf person, Colombian sign language.

SUMARIO

O presente estudo pretendeu descrever a cultura surda na área metropolitana. Qualitativo etnográfico em que foram recolhidos dados através de entrevistas semiestruturadas a intérpretes e pessoas surdas, exploração de redes sociais, leitura de artigos indexados e de reflexão, Navegação em sítios web de associações de surdos e de observadores não participantes na comunidade; a informação foi subsequentemente categorizada e analisada. Encontrou-se uma cultura com valores mesmos que surgem dentro dos ambientes de socialização e luta por necessidades em matéria de comunicação e acesso a diversos espaços e papéis. Não é possível generalizar a cultura surda da área metropolitana a outras culturas, assim como acontece também com população ouvinte. Identifica-se a incidência da língua de sinais na construção de interações costumes e crenças facilitando a constituição de todos os elementos que a estabelecem como comunidade e cultura. Identificaram-se estudos de culturas surdas (App nível internacional em países hispano-falantes) de países distintos à Colômbia, coincidindo na identificação desta população com língua materna diferente da de sua nação. É importante socialmente o reconhecimento da situação actual deste grupo social, com necessidades e características especiais que requerem visibilidade. A comunidade surda da área metropolitana é diversa tanto em sua capacidade comunicacional dentro do mesmo território e distinto vocabulário segundo a região do país, o que dificulta desagregar suas diferenças para identificar aspectos em comum da comunidade.

Palavras chave: cultura, pessoa surda, língua de sinais colombiana.

Introducción

Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para 2019, 466 millones de personas presentaron pérdida auditiva. En Colombia las proyecciones del Instituto Nacional para Sordos (INSOR) (2011) sobre el censo DANE de 2005, indicaron que para 2020 se reporta 556.029 sordos en el territorio nacional, cifra que representa cerca del 1,10% de la población y que indica la existencia de una grupo de personas que se constituyen en una comunidad articulada por aspectos comunes, convirtiendo la sordera en una de las características que facilita la identificación de individuos agrupados a partir de las vivencias de una deficiencia sensorial como lo es la audición.

Se puede identificar la población sorda como un conjunto heterogéneo de personas con formas de comunicación y relacionamiento con el entorno diferentes a las que usualmente adopta una población con lengua verbal, elemento con el que se enriquece y desarrolla una cultura. En el caso de la comunidad sorda, se reconoce una diversidad transversada por el tipo de discapacidad que presenta, el sistema de comunicación que maneja, el contexto en el que se desarrolla su vida, incluso, las condiciones socioeconómicas en las que habita.

El contexto geográfico en el que habitan las personas determina su conducta o modos de comportamiento, valores, tradiciones y costumbres, dando como efecto la conformación de comunidades, grupos de personas que comparten un conjunto de rasgos culturales que fortalecen su identidad y sentido de pertenencia (Oviedo, 2013). Por tanto, el entorno donde el individuo socializa con sus pares facilita la interacción, la adaptación a las reglas o normas establecidas por la sociedad a la que se encuentra vinculado, de igual forma se propicia el fortalecimiento y adquisición de unas conductas colectivas. Para que exista tal socialización se hace fundamental compartir códigos lingüísticos y no lingüísticos que promuevan la comunicación entre las personas. de ahí que surja el interés de describir cultura sorda en el contexto del área metropolitana.

La presente investigación se propuso describir la cultura sorda en el contexto colombiano; las costumbres, tradiciones y valores que caracterizan a esta población.

Estado del arte y antecedentes prácticos

La revisión de antecedentes investigativos sobre el tema en cuestión permitió encontrar a nivel internacional diversos estudios que aportan una descripción sobre la cultura propia de las Investigaciones como “Elementos de la cultura sorda: una base para el currículum intercultural” en Chile (De la paz y Salucci, 2009) ratifican la existencia de una comunidad sorda, gracias a la cual es posible la existencia de una cultura compuesta por unos elementos que nacen en el encuentro grupo. Entre esos elementos destaca la identificación de valores (ayuda mutua, reciprocidad, decisión grupal o informalidad), costumbres (sinceridad en las conversaciones, formas de comportarse, uso de apodos sobre la apariencia física, etc.) y el compartimiento de información, pues las personas sordas suelen compartir noticias o contenidos constantemente con sus pares.

En segundo lugar, Calderón (2014), encontró que en el intento por reivindicar a la comunidad de personas sordas se les ha llevado a considerar como un grupo con una cultura estática, además, afirma que dejar por fuera el contexto sociohistórico y sus cambios sociales (conflictos, violencias, desigualdad y discriminación), no permitiría una comprensión completa de tal cultura.

Por último, en el artículo “Las personas sordas como minoría cultural y lingüística, Pérez (2014), se propuso analizar si las reivindicaciones de las personas sordas pueden considerarse como las de una minoría cultural y lingüística en España, gracias a lo cual se halló que entre las personas existen unos sentimientos de territorialidad, institucionalización (que es básicamente el empoderamiento como minoría), una cultura propia que reivindicar, unas experiencias compartidas relacionadas con la subordinación y vulnerabilidad, así como una voluntad por salvaguardar la lengua como un elemento de identidad.

En el contexto colombiano existe abundante literatura que da cuenta de las necesidades de la comunidad sorda en materia de comunicación o educación, sus luchas e importancia de la LSC para mantenerse en interacción con sus pares; muestra de ello son artículos como Educación para el Trabajo y Ubicación laboral de la comunidad Sorda en Colombia (Jiménez, 2015), y Aspectos relevantes del discurso en lengua de señas colombiana (LSC) (Barreto y Cortés, 2014). En estos trabajos pueden evidenciarse rasgos de los elementos que integran la cultura, no obstante, se enfocan en reconocer las problemáticas o conflictos que viven las personas con una discapacidad como la sordera. Por su parte, escritos como Discapacidad y cultura: desafío emergente en investigación (Soriano y López, 2009), Personas sordas y diferencia cultural: Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera (Saldarriaga, 2014), Interacción comunicativa entre comunidad sorda y oyente, y la incidencia de aspectos sociales y culturales en las prácticas comunicativas (Abello, 2017) y Alfabetización de modelos lingüísticos jóvenes y adultos para la comunidad sorda: la historia de la lengua de señas colombiana (Escobar, 2019) abordan elementos claves para la compresión de la comunidad sorda.

Marco teórico y referentes conceptuales

Los grupos de personas que comparten comportamientos y tienen características comunes conforman comunidades. Según lo indica Montero (2004), estas se componen de varios elementos como: Sentido de comunidad, el cual se presenta cuando existe un espacio físico o psicológico en donde el individuo se siente seguro y en donde puede ir desarrollando un sentimiento de identidad.

Desde el sentido psicológico una comunidad tiene una historia colectiva, comparte experiencias, relaciones emocionales entre las personas y pertenencia hacia un grupo que conlleva una identidad y sentido común para los integrantes (Rivera 2009, citando a Sánchez, 1996). Esos aspectos posibilitan el desarrollo de una cultura, que según la Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales (UNESCO, 1982), es el conjunto de rasgos, que identifican a un determinado grupo social.

Dentro de lo que se considera cultura caben formas de vida, derechos fundamentales del hombre, sistemas de valores, creencias espirituales o religiosas, música, arte, literatura o prácticas deportivas. La cultura, también, permite que el hombre se reconozca como un “proyecto inacabado” o sea un sujeto en constante formación. Vygotsky (1995), añade que el hombre es un producto cultural por ser el resultado de las interacciones que se producen en el entorno social en el cual se desarrolla, contribuyen a la formación del individuo en valores y principios, mismos que se rigen por los códigos morales de la comunidad en la cual se desarrolla como persona. De igual forma, en el caso de la cultura las “dinámicas eugenésicas de la norma frente a la reparación y selección de los cuerpos que funcionan bien, sin duda se han metido con tal profundidad en nuestras formas de producir y entender cultura, que terminan operando como una estructura” (Restrepo y Rojas, 2010, citado en Sánchez, 2016, p 10).

Lo que en ultimas genera que la conformación de comunidades y construcción de cultura sorda se complejice primero porque no todos los sordos son usuarios de LSC y segundo porque existe la creencia de que la sordera es una enfermedad, pero lo cierto, es que esta es una discapacidad, según lo establece la convención sobre los derechos de las personas con discapacidad (Palacios, 2008), pues todas aquellas personas que padezcan falencias “físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás” (p. 4) son discapacitadas.

Una discapacidad limita y/o dificulta la capacidad de acción de una persona, aunado a ello la sordera demanda dependencia comunicacional a través de terceros, que resultan ser familiares o intérpretes de lengua de señas, persona que actúa como mediador entre un hispanohablante y un señante.

La familia, como primer eje socializador, es fundamental dentro del aprendizaje de la lengua. El individuo fortalece habilidades comunicativas e incluso desarrolla un sistema que le permite interactuar con el núcleo social que le rodea, en especial familiares o amigos con los que comparte unos códigos no lingüísticos. Por lo anterior, sostener “relaciones interpersonales con los pares: tener amigos, pertenecer a un grupo, ser aceptado por los semejantes, son fundamentales en el desarrollo de las habilidades sociales” de la persona Sorda durante su niñez (Molina et al., 2011, p 3).

De lo anterior, se sustrae que la lengua de señas se convierte en instrumento de cohesión e identidad para la comunidad y su uso permite que niños, jóvenes y adultos incorporen valores y normas propias de su cultura. Es a través de la socialización primaria que se inicia con la adquisición de la lengua. En esta primera fase, los cuidadores son los principales agentes socializadores con los que el individuo tiene contacto, por ello, el acompañamiento de la familia durante el proceso de desarrollo y adquisición de la lengua es fundamental para las habilidades comunicativas de la persona sorda (Keller, 2003).

Sin embargo que la lengua sea considerada como elemento de la cultura, debe ser compartida por un grupo de personas que tienen en común unas características; no basta con que el desarrollo de la lengua se dé al interior de la familia para que exista una cultura de las personas sordas, por el contrario, es al interior de la comunidad sorda donde es construida y adquirida, de ahí que sea “depositaria de una historia, tradiciones, costumbres y unas producciones artísticas propias que giran alrededor de su valor más preciado: la lengua de signos” (Frigola, 2010, p 30).

La LSC es la lengua nativa para los sordos que no alcanzan a desarrollar una lengua oral, mientras que para el caso de quienes la adquieren después del aprendizaje de un idioma se convertiría en su segunda lengua. Desde la perspectiva de Vite y Fernández-Viader (2017), parafraseando a Cedillo, la lengua es el resultado del proceso de interacción entre biología y cultura, así como consecuencia de la adaptación de una limitación sensorial que hace que el sordo, de forma creativa, transforme los recursos que están a su disposición en un potencial para la comunicación.

Metodología

Estudio cualitativo-interpretativo - etnográfico de orientación naturalista fenomenológica, permitiendo un acercamiento a la concepción de comunidad sorda. Durante el estudio se recurrió a diversas unidades de análisis identificando los elementos, características, modos de comportamientos, valores y reconocimiento de la cultura que les representa.

La recolección de datos se efectuó en bitácoras por medio de seis fuentes de información: entrevistas semiestructuradas aplicadas a intérpretes y personas sordas del país, exploración en redes sociales, tarea que permitió el análisis de videos que ilustraban actividades de la comunidad; lectura de artículos asociados al tema de cultura y comunidad sorda; navegación en páginas web de asociaciones de personas sordas y observación no participante al interior de la comunidad. El análisis de información se realizó por medio de la organización de información en categorías preestablecidas las cuales fueron seleccionadas a partir de los autores en antropología tomados como referente teórico en la explicación de los elementos que componen toda cultura. El contraste del referente teórico con lo sistematizado en las categorías de análisis permitió generar una descripción e interpretación detallada de la comunidad sorda colombiana.

Muestra

La muestra fue documental con artículos indexados en diversas bases de datos, tesis de posgrado; información rastreada en páginas web de asociaciones de sordos, videos publicados en redes sociales por la comunidad. Lo anterior, se complementa con entrevistas estructuradas aplicadas a intérpretes y personas sordas, además de la observación no participante.

Los criterios de inclusión de los participantes fueron los siguientes: Intérpretes de Lengua de Señas Colombianas (LSC), con experiencia mínima de 2 años en el trabajo con personas Sordas, residentes en Colombia. Para el caso de las personas Sordas, debían ser señantes, recopilados los datos, se hizo un análisis, estructurando la información en categorías: sentido de pertenencia o sentido de comunidad, cultura e interrelaciones entre las personas; a partir de las cuales se generaron unas subcategorías (pertenencia, formas de organización, códigos y significados compartidos, identidad social, diversidad, comparten espacio tiempo, relaciones entre las personas, movimientos o participación comunitaria e interacciones) para brindar estructura al análisis de los datos.

Análisis y resultados

El análisis de la información permitió un acercamiento a los elementos que componen la comunidad y cultura de las personas Sordas en el contexto colombiano. Con base a los datos aportados por los intérpretes, la revisión documental, páginas web de asociaciones sordas y videos sobre su cultura se encontraron los siguientes elementos:

Sentido de comunidad

La comunidad sorda se caracteriza por poseer un sentido de pertenencia generado a partir de la socialización primaria y secundaria. La familia es el primer núcleo de socialización con el que se tiene contacto, núcleo que está inmerso dentro de una sociedad; en la familia se adaptan conductas que son creadas dentro de la comunidad a la cual pertenece. Esas formas de comportamientos adquieren el estilo propio de cada grupo familiar, algo que le convierte en una manifestación cultural, es decir en una muestra de lo que puede llegar a ser la cultura.

Bajo el amparo de la comunidad sorda, los individuos establecen un vínculo y crean un sentimiento de seguridad. Cuando una persona llega y se integra con las demás, es bautizada con una seña establecida de acuerdo con el rol y rasgos de la persona. La asignación de una seña indica aceptación dentro del grupo. La comunidad se convierte en una familia para la persona sorda.

Aunado a ello en el momento en que un individuo con sordera se ve forzado a asistir a escuelas para oyentes, se ve aislado dado que el proceso de comunicación de las personas sordas con las oyentes implica una mediación que está dada por los intérpretes de lengua de señas, los intérpretes pese a no presentar sordera se encuentran inmersos dentro de las comunidades sordas, lo cual las hace parte de estas, ya que son agentes dinámicos que contribuyen desde su cosmovisión al fortalecimiento de la comunidad y la cultura que les caracteriza. Las redes sociales les ha permitido conexión social; estás trascienden espacios físicos, haciendo que la comunicación sea permanente o se dé con constancia, en especial porque tienen unos códigos o significados compartidos que hacen posible la interacción. Es aquí, cuando la LSC cobra importancia para ellos.

Cultura

Se compone de unos códigos o significados compartidos entre los que destaca la existencia de la lengua de señas, sistema de comunicación implementado para entablar procesos de comunicación con sus pares u oyentes. La LSC también provoca sentimientos de identidad.

Es importante resaltar que no todas las personas sordas manejan LSC. Algunas solo tienen acceso a una lengua natural o casera que surge en el ambiente familiar. Por lo que, cuando al interior de la familia no se desarrolla ninguna forma de comunicación, la persona queda aislada, generando problemas de socialización primaria y secundaria. Primaria porque son excluidos de las interacciones que se presentan en su hogar y secundaria porque no se puede comunicar con el núcleo social que le rodea. Según lo identificado en la interpretación de los datos, la LSC es lo que realmente permite que se vaya construyendo la cultura.

Por tanto, la lengua al ser un elemento de la cultura debe ser compartida por un grupo de personas que tienen en común unas particularidades, no basta con que el desarrollo de la lengua se dé al interior de la familia para que exista una cultura de las personas sordas, es al interior de la comunidad en donde se construye y adquiere. Entre cultura y lengua existe una interrelación, puesto que algunas expresiones de la lengua adquieren significado por el contexto cultural en el que se utilizan y la misma cultura posibilita el enriquecimiento de la lengua.

La Lengua de Señas va ligada a la expresión facial y gestual, de igual forma los sonidos, balbuceos o gritos producidos por el señante enriquecen el proceso de comunicación. Las manos y el cuerpo son claves, puesto que, al ser una lengua manual, entra en funcionamiento con los movimientos de las manos. tiene una estructura gramatical, no tiene una forma gráfica, es un signo convencional altamente visual y no es universal, en realidad, cada país desarrolla una forma de comunicación manual.

La cultura Sorda está marcada, fuertemente, por el uso de imágenes, la limitación auditiva provoca que sea “muy visual y, por este mismo hecho, la forma en que aprenden los sordos es literal” (L7).

El reconocimiento en 2016 de la LSC como lengua nativa del país, por consiguiente, patrimonio inmaterial, cultural y lingüístico de Colombia representa un elemento de identidad cultural de las comunidades Sordas. Dicho reconocimiento, se le da por poseer un vocabulario amplio que permite comunicarse y comprender su mundo. El 21 de febrero la comunidad conmemora el día nacional de las lenguas nativas y el día internacional de la lengua materna.

La identidad de una persona se va construyendo desde la niñez, es un proceso continuo que se mantienen hasta la adultez. Los sentimientos de un “nosotros”, de unos elementos compartidos entre los individuos es lo que permite hablar de identidad. De acuerdo con la narrativa de intérpretes y personas Sordas, el idioma, se constituye en un elemento de identidad, para el caso la LSC, posibilita el acceso a la información y el diálogo entre los señantes.

Los intérpretes de Lengua de Señas Colombianas se convierten en mediadores de comunicación, en especial cuando se pretende establecer una discusión con oyentes no usuarios de LSC, cuando no hay un intérprete les resulta difícil interactuar con los oyentes. Otro aspecto para destacar es que las personas suelen hacer chistes sobre el aspecto físico de otros individuos, los chistes de personas sordas son diferentes a los chistes de los oyentes y bautizan con señas a sus nuevos miembros o a las personas oyentes con las que inician su interacción.

La identidad Sorda se determina por aspectos como: pertenencia, respeto hacia las normas y valores y el tipo de sordera (congénita, adquirida). Dentro de las expresiones culturales de identidad se encuentra la celebración del día internacional de las personas sordas que se da en la última semana de septiembre, época en la que se visibiliza a la comunidad sorda, la heterogeneidad o diversidad de esta, se presentan demandas en pro de sus derechos y necesidades. Es una fecha para reivindicar al grupo de personas con sordera que se integra una de las celebraciones o conmemoraciones de la comunidad de sordos, convirtiéndose en una tradición, además realizan actividades académicas y culturales.

Las personas que presentan limitaciones auditivas están dentro del grupo de personas definidas con discapacidad según la convención sobre los derechos de estas, por ello, el 3 de diciembre la comunidad celebra el día internacional de las personas con discapacidad con conciertos en LSC como lo hicieron el 2016.

Desde la perspectiva de los entrevistados, a ciertos oyentes se les dificulta reconocer la identidad de la persona Sorda, por la mediación que ejerce el intérprete entre el individuo con la limitación auditiva y personas que escuchan sin dificultad alguna. Si bien existe una mediación al comunicarse con oyentes no señantes, los sordos desarrollan una cultura a partir de la interacción directa con sus pares.

A partir de la interpretación de las narrativas, también se logra establecer que uno de los valores más representativos de las personas Sordas es la sinceridad, por la forma directa y sencilla de expresar sus pensamientos. Además, se evidencia el compañerismo cuando tratan de que todos los miembros de la comunidad estén informados sobre lo que pasa en el entorno, por eso comparten información con otros miembros de la comunidad.

Las personas Sordas son conscientes de que no todos pueden acceder a la información, debido a que los medios de comunicación audiovisuales no cuentan todo el tiempo con intérprete de LSC, por eso “la información no les llega del todo clara, ellos la tienen que preguntar, tienen que indagar, no siempre hay recuadros en el televisor donde… siempre se está interpretando todo” (L6), de ahí que la curiosidad sea otro de los valores que más les representa, pues son curiosos sobre lo que ven a su alrededor o la forma de comportarse de algunas personas. (L1) Un valor supremamente importante es que las personas sordas acostumbramos a compartir información, entonces cuando para mí ha sido fácil me interpretaron las noticias del día de ayer entonces si yo tengo el espacio de compartir con personas sordas lo primero que hago es compartirles las noticias del día de ayer.

Los valores como la curiosidad, el compañerismo y la sinceridad son los más reiterativos por la muestra, pero no significa que sean los únicos, ya que las personas con limitación auditiva son completamente diversas y ello les permite desarrollar habilidades diferentes. Un primer elemento de esas diferencias se encuentra en que no todas manejan la LSC o no poseen el nivel suficiente de conocimiento en esta lengua, por lo que el proceso de comunicación se desarrolla con dificultad. Otro, tiene que ver con el contexto geográfico que habita la persona, si vive en el casco urbano o rural entre los que existe unas brechas socioeconómicas marcadas, por lo que el acceso a recursos comunicacionales en los entornos rurales es más limitado.

Interrelaciones

Por último, la categoría interrelaciones indica la necesidad de contacto entre los individuos a través de espacios compartidos, donde destaca nuevamente el vecindario y aparece la universidad, centro de pensamiento al que gracias a sus luchas sociales han logrado acceder y que para permanecer en ella implementan lectura de labios o identifican algunas palabras cuando son oralizados.

Hoy los espacios virtuales o aplicaciones como Whatsapp han facilitado el relacionamiento de la comunidad sorda, en especial por la opción de videollamadas con la que cuenta esta u otros canales virtuales de comunicación. De ahí que resulte conveniente un buen manejo de la LSC para el desarrollo idóneo de la conversación. Dentro de la comunidad, la persona sorda que posee buen manejo de Lengua de Señas es admirado por el resto de la colectividad por la elocuencia con la que se expresa.

De igual forma, existen ayudas tecnológicas como los timbres luminosos, que en vez de sonido reproducen una luz parpadeante que indica que alguien está llamando a la puerta. Esto se considera una forma cultural diferente de atender un llamado a alguien dentro de su vivienda y es una manera original y auténtica de solucionar dificultades de conexión con el entorno, pues culturalmente, los oyentes golpean dos veces para que alguien salga o se asome por la ventana, pero, la limitación auditiva supone que dentro de la comunidad sorda se vayan desarrollando alternativas para mantener comportamientos culturales.

Las necesidades en cuanto a comunicación, acceso a la información, calidad de vida o inclusión las ha llevado a agruparse en diferentes grupos o asociaciones que acogen las preocupaciones de la comunidad sorda. Así a nivel nacional existe el INSOR un instituto que se encarga de la promoción de políticas públicas para la inclusión social de la población sorda. También existe una Federación Nacional de Sordos (Fenascol) a la que están afiliadas 35 asociaciones y una Federación Mundial de Sordos. A nivel de asociaciones se logra destacar la existencia de SORDEBOG (Sociedad de Sordos de Bogotá), ASORSUB (Asociación de Sordos de Suba), Centro cultural para
sordos, Asorcal (Asociación de Personas Sordas de Caldas) Asorcho (Asociación de sordos del Chocó), el grupo LGBT- Arcoiris de sordos, etc.

En sí misma la comunidad sorda es un movimiento político, que ya no espera que los oyentes hagan algo por ellos, y reivindiquen sus derechos, sino que precisamente por la creación de esa lengua de señas ya tan completa, en la que pueden expresar cualquier tipo de cosas, esa lengua señas hace que, mediante la comunicación con intérpretes, con otras personas que son usuarias de señas, puedan acceder ya a espacios universitarios (L3).

Discusión

Se logra evidenciar la existencia de una cultura de las personas sordas a partir de valores como sinceridad, compañerismo y amistad, mismos que surgen dentro de los entornos de socialización y de lucha por las necesidades en materia de comunicación y acceso a espacios de educación, desafíos que han afrontado como comunidad por el reconocimiento de su lengua e identidad. Además, son francos y directos al momento de manifestar lo que piensan y desean, la asignación de señas para nombrar a miembros de su comunidad, la importancia que le brindan al compartimiento de información sobre acontecimientos, las festividades en las que conmemoran el reconocimiento de la LSC como lengua nativa de los Sordos o el día internacional de la LSC, se muestran como elementos claros de una cultura compartida por una comunidad.

Es así como algunos de los elementos descritos coinciden con los que caracterizan a las comunidades sordas de Chile o Madrid, en especial cuando se habla de compartir información, pues no todas las personas sordas tienen las mismas posibilidades de acceder a la televisión o a un periódico y si lo hacen, no cuentan con una persona que constantemente está interpretando lo que los medios transmiten, por eso, entre ellos acostumbran a compartir las novedades informativas de su entorno. La diferencia radica en que, a nivel internacional, se logra describir con exactitud esos elementos que posibilitan la cultura dentro de las comunidades.

Otro referente internacional como Pérez (2014), sostiene que la comunidad de personas sordas tiene unos sentimientos de territorialidad, es decir identidad arraigada en el territorio en donde desarrolla sus vidas. Algo similar ocurre con la comunidad señante de Colombia, para quien los espacios fortalecen los sentimientos de grupo, el empoderamiento de las personas (lo cual los lleva a luchar por necesidades colectivas) y la protección constante de la L.S.C como un bien preciado.

Cabe resaltar que con la presente investigación se ha constatado que la comunidad de personas sordas, en últimas, es aquella en la que sus miembros se reconocen unos a los otros, han establecido un contacto físico o psicológico a través de espacios de socialización como las asociaciones y colegios para sordos, lo cual es posible gracias al manejo de unas formas de comunicación, por tanto, en el contexto colombiano existe una comunidad de sordoseñantes, es decir, personas que reconocen la LSC como lengua materna y la utilizan dentro de su comunidad, en la que gracias a la interacción han generado una cultura que continúa evolucionando.

Es importante aclarar que, aunque exista una cultura sorda, no es generalizada a todas las personas sordas. puesto que la socialización es lo que permite que haya cultura y no todas las personas que nacen o adquieren la sordera tienen la oportunidad de acceder a la LSC por diferentes cuestiones, entre las que resalta los contextos geográficos en que se vive. Recordando a Vygotsky (1995), el hombre es un ser cultural producto de las interacciones que se dan en su entorno, si no hay interacción con el entorno resulta difícil construir cultura o integrar comunidades.

Por lo tanto, es incorrecto hablar de cultura y comunidad en singular, sino que se debe referirse a ellas en plural, pues existen diversos sistemas de comunicación a partir de los cuales se puede articular una comunidad e ir construyendo cultura a partir de la interacción. La LSC es reconocida en esta investigación como elemento constitutivo de la cultura sorda de las personas que la manejan, sin embargo, las otras formas de comunicarse como el sistema dactilológico, la lengua de señas caseras o lectura de labios y de textos en español, supone que las personas pueden agruparse alrededor de ellas e ir desarrollando una identidad cultural.

El objetivo de la comunidad sorda usuaria de LSC es visibilizarse, ser reconocida en el territorio y esto implica participación e inclusión, por lo que se manifiestan socialmente en fechas conmemorativas para volcar la atención sobre las dificultades de inclusión que presenta la población en Colombia, así en los eventos culturales promueven una reflexión sobre sus derechos, necesidades y rol como ciudadanos. En el INSOR (2011), gracias a un estudio sobre la situación laboral de las personas sordas, encontró que el poco conocimiento sobre la discapacidad auditiva contribuye a la creación de imaginarios grupos erróneos sobre los Sordos, creencias que producen estigmatización, exclusión social y que las relaciones con estas personas estén mediadas por prejuicios acerca de su desempeño. En entornos académicos o escolares también presentan dificultades, en especial porque los currículos no se adaptan a las necesidades del sordo, ya que no son invitados a participar de su creación.

Conclusiones

La lengua de señas es un elemento que incide en la construcción de cultura de las personas sordas usuarias de esta. Es a partir de ella que se genera una interacción directa entre los sordo-señantes que facilitan la creación de significados compartidos, así como el surgimiento de unos valores propios de los sordos que se agrupan en una comunidad: como compartir información o conocimientos, la curiosidad y sinceridad, constantemente se cuestionan sobre lo que ven a su alrededor y son muy directos cuando entablan una conversación. Lo anterior es posible gracias a la socialización entre quienes dominan un mismo sistema o códigos de comunicación, por el contrario, cuando no hay elementos en común, el relacionamiento se ve limitado y mediado por un intérprete de LSC, para el caso de los señantes.

Otro aspecto a resaltar, es el poder asociativo que existe entre personas sordas, que es el resultado del encuentro en espacios físicos, que luego trascienden hacia lo emocional, es decir, la construcción de significados compartidos que provocan ese sentimiento de pertenencia hacia determinado grupo poblacional, es por esto que las asociaciones, corporaciones, colegios o universidades se convierten en un factor determinante para la conformación de comunidades y posteriormente la construcción de cultura, pero, hay que recordar que no todas las personas sordas tienen las mismas posibilidades de entablar procesos de socialización, pues hay que resaltar que la heterogeneidad que existe en la población sorda, por la tipología de la discapacidad, los contextos geográficos que habitan y las condiciones socioeconómicas, es difícil que todas tengan las mismas posibilidades de acceso a oportunidades de desarrollo personal y profesional. Pese a las limitaciones mencionadas, con esta investigación se logra un acercamiento a la descripción de cultura y comunidad sorda de las personas señantes en el territorio colombiano, además de reafirmar que deba hablarse de culturas o comunidades para reconocer la riqueza y diversidad de las personas sordas en el territorio colombiano.

Declaraciones


Referencias bibliográficas

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