EDUCACIÓN ASISTIDA CON PERROS: APLICACIONES PEDAGÓGICAS EN CONTEXTOS EDUCATIVOS 1

ASSISTED EDUCATION WITH DOGS: PEDAGOGICAL APPLICATIONS IN EDUCATIONAL CONTEXTS

María Cristina Correa Duque
maria.correauq@amigo.edu.co
Universidad Católica Luis Amigó Manizales-Colombia  

Ana María Cárdenas Lozano
anitamaria35@hotmail.es
Universidad Católica Luis Amigó Manizales-Colombia  

Hylary Daniela Rivera Castro
hillarycastro7@gmail.com
Universidad Católica Luis Amigó Manizales-Colombia  

Andrea Cadavid Marín
acadavidmarin@gmail.com  
Universidad Católica Luis Amigó Manizales-Colombia        

Fecha de recepción: 5 diciembre de 2018
Fecha de aceptación: 6 de abril de 2019
Fecha de publicación: 30 de junio de 2019    

Encuentre este artículo en: http://revistas.uniminuto.edu/index.php/IYD


RESUMEN  

Este artículo constituye una revisión del campo de la Educación Asistida con Animales (EAA), principalmente, el uso con perros entrenados para trabajar en contextos educativos, y los impactos generados a partir de los resultados de su aplicación en procesos pedagógicos y psicoeducativos. En este sentido, el objetivo principal de esta investigación consistió en realizar una revisión de los alcances que tienen las estrategias de la Educación Asistida con perros como método alternativo para trabajar la resolución de diferentes problemáticas que se presentan en este contexto, además de resaltar los beneficios psicopedagógicos que se generan como consecuencia de la incorporación de esta metodología a las aulas de clase. La propuesta cuenta con un diseño cualitativo que utiliza la metodología de investigación documental, lo que implica hacer una revisión previa de estudios anteriormente realizados en el tema. En cuanto a los principales hallazgos evidenciados en las investigaciones revisadas, se encontró que la integración de estrategias educativas asistidas con perros en entornos escolares genera un impacto positivo en cuanto al autoestima, motivación, seguridad y confianza, socialización y estado de ánimo de los estudiantes, al facilitar la externalización de sentimientos (tanto positivos como negativos) en situaciones orientadas al aprendizaje cooperativo y la participación de los mismos en el aula de clase, logrando una mayor atención e interacción con el entorno y un mejor control emocional en el aula, disminuyendo, así, sentimientos negativos como la depresión, ansiedad, aburrimiento y soledad. Adicionalmente, pudo evidenciarse que la incorporación de un perro en el aula de clase tiende a incentivar en los estudiantes un mayor interés por la lectura, el mejoramiento en la utilización de su memoria de trabajo y un aumento notable en el uso de su vocabulario. Algunas de las limitaciones evidenciadas en la revisión documental se relacionan con un alto desconocimiento de estas estrategias, debido a la poca incorporación y reconocimiento de esta herramienta como un método alternativo a la intervención tradicional de problemas educativos y sociales. Sin embargo, la amplia evidencia de la efectividad demostrada en sus aplicaciones en diversidad de población con patología orgánica, mental o psicosocial, ha permitido que su aplicación se haya extendido a diversos escenarios educativos, demostrando resultados muy satisfactorios en los procesos desarrollados al interior de las aulas de clase.

Palabras clave: intervenciones asistidas con animales, terapia asistida con animales, educación asistida con animales, enseñanza-aprendizaje, perros de trabajo.

ABSTRACT 

This article constitutes a review about the Animal Assisted Education (AAE) field, mainly, the use with dogs trained to work in educational contexts, and the impacts generated from the results of its application in pedagogical and psychoeducational processes. Thus, the main objective of this research was to conduct a review of the scope of the strategies of the Assisted Education with dogs as an alternative methodology to work the resolution of different problems that arise in this context, besides highlighting the psychopedagogical benefits that are generated as a result of the incorporation of this methodology in the classrooms. The proposal has a qualitative design that uses the methodology of documentary research, which implies a previous review about conducted studies on the subject. In terms of the main findings evidenced in the research reviewed, it was found that the integration of educational strategies assisted with dogs in school environments generates a positive impact related to self-esteem, motivation, confidence and confidence, socialization and mood of the students, to facilitate the externalization of feelings (both positive and negative) in situations aimed at cooperative learning and their participation in the classroom, achieving greater attention and interaction with the environment and better emotional control in the classroom, decreasing, thus, negative feelings such as depression, anxiety, boredom and loneliness. Additionally, it could be shown that the incorporation of a dog in the classroom tends to encourage students a greater interest in reading, improving the use of their working memory and a significant increase in the use of their vocabulary. Some of the limitations evidenced in the documentary review are related to a high ignorance of these strategies, due to the little incorporation and recognition of this tool as an alternative method to the traditional intervention of educational and social problems. However, the extensive evidence of the demonstrated effectiveness in its applications in population diversity with organic, mental or psychosocial pathology, it has allowed its application to be extended to various educational scenarios, demonstrating satisfactory results in the processes developed within the classrooms.

Keywords: assisted animal interventions, assisted therapy with animals, assisted education with animals, teaching-learning; working dogs.


INTRODUCCIÓN

En la actualidad se han instaurado diferentes alternativas psicoeducativas orientadas a dar respuesta a diversas problemáticas que emergen en el contexto educativo contemporáneo, las cuales buscan superar ciertos dogmatismos de la educación tradicional y promover una visión más integral de los procesos educativos, en la que se puedan articular a la lectura de esas problemáticas, diversas estrategias de carácter innovador en los campos de intervención pedagógica y psicológica. Un ejemplo de esto, se encuentra en la aplicación educativa que tiene la Intervención Asistida con Animales (IAA) y la amplia evidencia de la efectividad que ha demostrado en sus aplicaciones en diversidad de población con patología orgánica, mental o psicosocial. Además de su implementación en la psicoterapia individual y grupal, su aplicación se ha extendido a diversos escenarios educativos, demostrando resultados muy satisfactorios en los procesos desarrollados al interior de las aulas de clase.

Sin embargo, las IAA en contextos latinoamericanos, específicamente en Colombia, no han logrado alcanzar un nivel de estructuración e integración teórico-práctico que permita identificarlas como una herramienta altamente valiosa para la intervención psicológica en contextos diversos, principalmente educativos y, es en este sentido, que se evidencia la necesidad de realizar un rastreo de los programas, estrategias, experiencias y referentes investigativos que utilizan la Educación Asistida con Animales (EAA), principalmente con perros, como un recurso articulado a la intervención psicoeducativa a nivel internacional, buscando comprender las diversas aplicaciones que tiene, sus principales resultados y sus marcos de referencia a nivel práctico e investigativo.

En las diferentes investigaciones revisadas hasta la fecha, se ha podido identificar que algunas de las problemáticas más visibles y con más afectación en el ámbito escolar son: los problemas de aprendizaje, problemas de conducta, dificultades en la comunicación, problemas de lectura, escritura, la focalización exitosa de la atención por parte de los estudiantes, su concentración y otros como la inclusión social en el aula; resaltando que, en ocasiones, el ambiente escolar puede ser un generador de estrés y hostilidad en los estudiantes y maestros.

Sin embargo, la integración de estrategias educativas asistidas con perros en entornos escolares evidencia beneficios en los estudiantes en cuanto al aumento de autoestima, motivación, seguridad en el ambiente escolar, interés por la lectura, socialización, mejoramiento del humor, memoria de trabajo, cooperación, aumento del vocabulario, confianza, facilitación de la externalización de sentimientos (tanto positivos como negativos), mayor atención e interacción con el entorno, control emocional en el aula, mayor participación y disminución de sentimientos negativos como la depresión, ansiedad, aburrimiento y soledad; además de la eliminación de barreras sociales, de conductas desadaptativas en el aula y la disminución de comportamientos manipuladores por parte de los niños(as) y jóvenes.

Por otro lado, algunas de las limitaciones evidenciadas en la revisión documental se relacionan con un alto desconocimiento de estas estrategias por parte de pedagogos, psicorientadores, padres, alumnos e instituciones educativas como tal, debido a la poca incorporación y reconocimiento de esta herramienta como un método alternativo a la intervención tradicional de problemas educativos y sociales.

De acuerdo con lo anterior, la presente revisión teórica busca hacer visibles diferentes propuestas de investigación e intervención aplicadas al contexto educativo que configuran escenarios en los que la educación asistida con perros se constituye como una estrategia innovadora que es posible articular en el abordaje pedagógico y psicoeducativo de un contexto cuyas problemáticas educativas y psicosociales contemporáneas desbordan la capacidad de una respuesta eficaz frente a las estrategias tradicionalmente utilizadas en la intervención de los diferentes profesionales en el área de la educación.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LAS INTERVENCIONES ASISTIDAS CON ANIMALES

Durante toda la historia del ser humano ha existido relación entre las personas y el resto de los animales. En este sentido, la intervención con animales recorre un amplio camino histórico, donde se evidencia el gran rol terapéutico que cumplieron algunas de estas relaciones, que se configuraron como antecedentes en los que se basaron algunos terapeutas y médicos, para evaluar e investigar los beneficios terapéuticos que podrían conseguirse a partir de este vínculo.

Aunque no se conoce con exactitud el punto de partida de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA), Andrew & Edney (1995) señalan que “con el sometimiento del perro, los humanos primitivos forjaron probablemente uno de los eslabones de la cadena de su propia civilización” (p. 705) Así mismo, también señalan que “[…] la domesticación es consecuencia del deseo del hombre de utilizar a los animales de compañía como señuelos. Particularmente, el perro ayudó a reunir a los rebaños de cabras, ovejas y renos, y a que se consiguiese guiarlos” (p. 705).

Algunas investigaciones desarrolladas en el tema brindan una amplia mirada del trabajo, en el que no sólo pueden ser perros quienes desempeñen tales laboras, sino que también se plantea con otros animales, como se ha observado el caso de los caballos. En este orden de ideas, al hablar de los antecedentes históricos de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA), existen registros que datan desde la época de la Antigua Grecia, en donde los perros y caballos eran considerados una alternativa para la continuidad de algunos tratamientos requeridos, como lo manifiesta Gutiérrez (2015) en su trabajo de investigación, resaltando el papel de los caballos como una alternativa relevante cuyo objetivo era el de tratar personas que eran diagnosticadas con enfermedades terminales, ejerciendo una función terapéutica y de compañía que era el de aumentar la autoestima de los pacientes y brindar un apoyo ante la enfermedad diagnosticada.

En el siglo XVII en Europa se resalta, de igual manera, la función que tuvieron los caballos como animales terapéuticos para los tratamientos de personas con discapacidades físicas. Como consecuencia de lo anterior, este tipo de acompañamiento con caballos en los tratamientos, fue llamada Equitación Terapéutica o Equinoterapia al ser acogida, posteriormente, en diferentes programas en los Estados Unidos y que, con el paso de los años, ha aumentado su número de programas y tratamientos. (Oropesa Roblejo, García Wilson, Puente Saní, & Matute Gaínza, 2009).

En 1792, William Tuke fundó “La sociedad de amigos” en un retiro de Inglaterra utilizando por primera vez a los animales en el tratamiento de los enfermos mentales para aliviar el duro tacto en la atención a los pacientes psiquiátricos en aquella época. Lo anterior consolidó a William Tuke como un pionero en el tratamiento de los enfermos mentales, al lograr que aprendieran mecanismos de autocontrol a través del refuerzo positivo con los animales. Adicionalmente, se destaca el trabajo realizado en el Centro Médico Bethel de Alemania en el año de 1897, en el que se estableció el programa de tratamiento para personas con epilepsia, en el que se incluían animales certificados como lo son caballos, perros y/o gatos, con el fin de brindar tratamiento terapéutico a personas con algún diagnóstico tanto físico como psicológico (Gutiérrez, 2015).

Posteriormente, en el siglo XX se comenzó a expandir el uso de animales como terapeutas en centros hospitalarios para la rehabilitación de soldados que participaron en la Segunda Guerra Mundial. Principalmente, entre 1944 y 1945 en el Hospital de las Fuerzas Aéreas del Ejercito en Pawling, Nueva York, donde se utilizó animales de compañía, principalmente perros, para ayudar a la recuperación de pacientes de guerra utilizándolos como una distracción a los intensos programas terapéuticos, a los que eran sometidos los aviadores. Mientras que, en 1948, el Dr. Samuel B. Ross fundó el centro Green Chimneys (cerca de New York), una granja considerada la institución más prestigiosa que se dedicó a la reeducación infantil y juvenil de niños(as) con trastornos emocionales y del comportamiento mediante terapias asistidas con animales (Zamarra, 2002; Martínez Abellán, 2009).

Con la aparición de la corriente psicológica del conductismo en la década de los cincuenta, comienzan a realizarse estudios que desarrollan protocolos de intervención y evaluación, haciendo uso de animales en diferentes situaciones experimentales. Durante este periodo, ocurre uno de los acontecimientos históricos más destacados en las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA), cuando en 1962 el psiquiatra Boris M. Levinson utilizó a su perro “Jingles” como coterapeuta para ayudar a la rehabilitación de un niño con problemas de adaptación. A partir de esta experiencia, Levinson resaltó la importancia de los animales de compañía en su interacción con los humanos y puntualizó los beneficios de la utilización de los animales en centros residenciales para niños con diferentes trastornos emocionales, somáticos, físicos, autistas, esquizofrénicos, obsesivos-compulsivos, comunicativos, entre otros. Así mismo, también enfatizó en el hecho de que los animales ayudan a entablar una relación de confianza que, posteriormente, puede trasladarse a las relaciones con otras personas.

A raíz de estos estudios, en 1969 Levinson publica el libro “Psicoterapia infantil asistida con animales”, comenzando el uso de la terminología Terapia Asistida con Animales (TAA) e impulsando el concepto de animales terapéuticos. Sam y Elisabeth Corson continuaron, en los años 70, con un trabajo que promovía la interacción con los animales de compañía en adolescentes, quienes al escuchar al perro ladrar, deseaban interactuar con los perros, mejorando su comportamiento introvertido (Muñoz, 2013). En 1980, Erika Friedman, James Lynch y S. Thomas hallaron que el uso y presencia de un animal puede reducir los sentimientos de ansiedad y estrés (Lima y de Sousa, 2004). Por otro lado, McCurdy, en 1986, descubrió que las visitas de los animales a pacientes internados en hospitales pueden reducir los niveles de ansiedad, soledad y tensión arterial que puedan presentar en contextos hospitalarios (Martínez Abellán, 2008).

De acuerdo con los antecedentes anteriormente mencionados, se sabe que los comienzos de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) no son relativamente nuevos, sin embargo, al hablar de las primeras intervenciones formales, es importante aclarar que desde hace más de 70 años existe la utilización de los animales para diferentes fines en contextos tales como casas de cuidado, centros penitenciarios, asilos, entre otros. Sin embargo, la descripción de las diferentes aplicaciones de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) requiere una búsqueda exhaustiva con el fin de dar a conocer un campo tan antiguo pero que, gracias a sus beneficios y resultados, se ha mantenido con el transcurso del tiempo, incluso con métodos cada vez más innovadores y con sustentación teórica-práctica (Gutiérrez, 2015).

DEFINICIONES TEÓRICAS Y CLASIFICACIÓN DE LAS INTERVENCIONES ASISTIDAS CON ANIMALES

Las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) son intervenciones en donde un animal está involucrado en un tratamiento, con el propósito de mejorar las funciones físicas, sociales, emocionales o cognitivas del sujeto. En este sentido, siempre deben estar dirigidas por profesionales de la salud o la educación. Asimismo, estas intervenciones deben ser adaptadas según la necesidad de la persona o grupo de personas, estableciendo objetivos a nivel interdisciplinar, en dónde todos los integrantes que participan de la intervención trabajen por igual para lograr la consecución del objetivo propuesto en los diferentes tipos de intervención (Sánchez y Hueso, 2017).

Para el desarrollo de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA), resulta necesario contar con una persona que realice todo el manejo técnico del animal durante la realización de la sesión de trabajo, de modo que mientras el profesional en el ámbito educativo o terapéutico orienta el desarrollo de la intervención, la persona que maneja el perro u otro animal de trabajo, debe permanecer alerta de las señales y respuestas que emita el animal frente a la exposición de los diferentes estímulos ambientales, así como la ejecución de las diferentes órdenes para la realización de los comando aprendidos y que se requieren para el desarrollo de la intervención.

Las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) se clasifican en tres tipos diferentes de intervención:

a.              Terapia Asistida con Animales (TAA):

La organización Delta Society define la Terapia Asistida con Animales como una modalidad de tratamiento terapéutico en el que un animal que cumple determinados criterios para su selección y educación, forma parte integral de un proceso diseñado por un profesional de la salud (como psicólogos, fisioterapeutas, fonoaudiólogos, nutricionistas, médicos o terapeutas ocupacionales) con el propósito de desarrollar objetivos orientados a la mejoría en algún funcionamiento específico en el área física, social, emocional y/o cognitiva de los seres humanos (Muñoz, 2013). Por lo tanto, la terapia asistida con animales puede ser definida como una intervención que utiliza animales para un proceso terapéutico, de tratamiento o rehabilitación, ya sea de enfermedades o condiciones físicas, donde el animal sea un facilitador de éste proceso gracias al elemento de carácter motivacional que aporta al favorecimiento y desarrollo de conductas positivas y de la comunicación entre el terapeuta y el paciente (Martínez Abellán, 2008).

b.              Educación Asistida con Animales (EAA):

Funciona bajo los mismos principios de las Terapia Asistida con Animales (TAA) en cuanto a motivación, reforzamiento y dinamización de los procesos de los niños(as) y/o jóvenes, en este caso educativos. Se trata de intervenciones en las que se busca la consecución de unos objetivos educativos, a través del elemento motivador de un animal debidamente seleccionado y educado. Debe estar orientado por un psicólogo educativo o licenciado en educación, que determine los objetivos pedagógicos a desarrollar.

De acuerdo con la experiencia en la implementación de intervenciones asistidas con animales en contextos educativos, la Fundación Yaracan de España define la Educación Asistida con Animales (EAA) como “[…] programas desarrollados en entornos educativos donde trabajamos en equipo con profesionales de la educación. Se establecen objetivos concretos y también utilizamos procedimientos de análisis y evaluación” (Parra Araiz, 2016, p.4). Se conoce que la Educación Asistida con Animales es de gran utilidad para el terapeuta o el educador como tal, siendo ésta un puente para ganarse más rápidamente la confianza del alumno; llegando al punto de crear un lazo estrecho con el animal que suaviza el ambiente hasta lograr sentirse seguros con el terapeuta (Signes, 2009).

Aunque la principal aplicación de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) todavía se restringe a la terapia psicológica y psiquiátrica (TAA), el interés en desplegarlas en el contexto escolar ha ido aumentando. Lo anterior se fundamenta en la evidencia aportada por estudios que aseguran que los animales pueden ser integrados en contextos escolares para promover el aprendizaje de la ética y la moral, estimulando la formación ciudadana y el mejoramiento de la calidad de vida en niños y población adulta (Kobayashi et al., 2009).

Dado que el uso de animales facilita los procesos de enseñanza y aprendizaje, y estimula actividades físicas y terapéuticas, es posible trasladar el conocimiento de la experiencia aportada por la Terapia Asistida con Animales (TAA) para la implementación de un modelo educativo que impacte de manera significativa algunos desarrollos específicos en la infancia, pues la relación que establece el niño(a) en la interacción con los animales es bastante diferente a la interacción con muñecas u otro ser inanimado.

De acuerdo con lo anterior, se requieren más y mejores trabajos investigativos sobre las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) en la educación, y su difusión como un apoyo pedagógico en las escuelas.

c.               Actividad Asistida con Animales (AAA):

Las actividades asistidas con anímales requieren de una planeación de los ejercicios a realizar en las que se busca trabajar con la motivación, la recreación y las actividades sociales como objetivos generales de la intervención y que generan diversos beneficios para las personas que participan de las mismas. Aunque pueden surtir un efecto terapéutico, este tipo de intervenciones cuentan con objetivos más generales y de tipo lúdico, razón por la cual no requiere estar bajo la supervisión de un profesional del área de la salud o de la educación, sino que pueden ser llevadas a cabo por un entrenador que tenga conocimiento en la relación humano-animal a través del elemento motivador de un animal debidamente seleccionado y educado.

En conclusión, las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) han logrado consolidarse como una herramienta terapéutica basada en la interacción entre una persona y un animal para la consecución de unos objetivos terapéuticos, sociales o educativos, marcados y evaluados por profesionales especializados en cada área. En este orden de ideas, son abordajes con el acompañamiento de un animal que incrementan la motivación de la o las personas a quienes se dirige la intervención, logrando dinamizar la interacción entre el terapeuta o educador y el paciente o sujeto de la intervención.

Según Dimitrijevi (2009), citado por (Muñoz, 2013), se considera a los animales como una fuente importante en este proceso, debido a que son un gran foco de atención para el desarrollo de las actividades a plantear, ya que los animales generan un sentimiento de seguridad y la sensación de una aceptación incondicional en las personas que participan de las intervenciones asistidas en sus diversas modalidades. Un ejemplo de lo anterior, consiste en las intervenciones realizadas con las personas con capacidades diversas, pues diferentes investigaciones evidencian que estas personas pueden generar vínculos estrechos y una mejor adaptación al proceso terapéutico cuando participan en este tipo de intervenciones, en comparación con las modalidades de abordaje tradicionales.

d.              La predilección del perro como animal de trabajo en las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA)

Estudios (Sobo, 2006) han demostrado que los animales que pueden ser tocados producen intervenciones más efectivas y la respuesta al tacto producto de la interacción, genera resultados positivos y una gran aceptación por parte de las personas. El perro ha sido el principal animal empleado en investigaciones en las que se ha aplicado la Terapia Asistida con Animales, ya que este animal está naturalmente inclinado al contacto con las personas y puede ser entrenado fácilmente (Ferreira et al., 2016).

Aunque es imposible el intercambio bidireccional de palabras, la relación entre las personas y animales como los perros, se construye a partir de gestos y movimientos mediante los cuales se establece un tipo de comunicación que le permite la libre expresión de sus sentimientos. Adicionalmente, permite el aprendizaje de aspectos diversos mediante la interacción con este tipo de animales, tales como: discutir cómo se sienten en ciertas situaciones; cómo dar y recibir afecto (Dotti, 2005); enriquecer su conocimiento sobre las relaciones entre humanos y animales; la ética, ciudadanía, educación humanitaria, y cuidado responsable y bienestar de los animales. La enseñanza de estos temas podría facilitar su formación como sujetos ciudadanos, permitiéndoles ser más conscientes de sus preocupaciones por el medio ambiente y por todas las formas de vida que en él habitan (Costa-Neto, 1999; Alves et al., 2007; Barboza et al., 2007; Peixoto et al., 2009; Silva et al., 2009).

Al hablar de criterios de escogencia para los perros seleccionados para trabajar en Intervenciones Asistidas con Animales (IAA), se requiere evaluar aspectos tanto físicos como sociales e, incluso, genéticos. Este último criterio es relevante, ya que, según la raza del perro, se podrá realizar una proyección futura de la actitud y disposición de trabajo del mismo. En cuanto a las otras características que se tiene en cuenta, debe realizarse un registro sobre las actitudes y aptitudes del perro. Por ejemplo, para el caso en que se clasifique un perro para la realización de intervenciones terapéuticas (TAA), éste debe ser tranquilo, capaz de soportar ruidos altos y espontáneos que se registren en el ambiente, como son gritos, ruidos agudos y molestos; no puede ser un perro nervioso y que su contacto con personas sea aceptable, ya que estará sometido a órdenes las cuales previamente fueron enseñadas por su instructor, especializado en adiestramiento canino. (Isaza, & Muñoz, 2013).

Cabe aclarar que no todos los perros se entrenan y se adiestran de igual manera, esto también depende del tipo de trabajo y acompañamiento que van a realizar, es decir, existen perros para terapia física, cognitiva, psicológica, perros guías, etc. Pero lo que sí es claro, es que cada perro deberá responder a las órdenes tanto de su adiestrador como de su paciente a acompañar.

METODOLOGÍA

La presente investigación es de carácter documental, dado que busca dar cuenta de un área específica del conocimiento y presentar los principales elementos teóricos e investigativos (Hoyos, 2000).

A nivel internacional, se seleccionaron artículos de reflexión y resultados de investigación indexados en revistas científicas, además de otras fuentes secundarias nacionales como artículos periodísticos, los cuales abordaban, principalmente la categoría de Educación Asistida con Animales (especialmente con perros). Estos fueron revisados teniendo en cuenta los siguientes criterios: focos poblacionales, contextos de estudio, principales hallazgos y variables asociadas. Las bases de datos consultadas fueron: Scopus, Redalyc, Dialnet, Scielo, Google Scholar, entre otras. Frente a la categoría de Educación Asistida con Animales se encontraron aproximadamente 24 artículos, publicados entre los años 2000 al 2017.

La construcción del Estado del Arte para la categoría de Educación Asistida con Animales (EAA) se desarrolló en tres fases: la primera consistió en la construcción de la ficha de trabajo y la búsqueda de artículos científicos en las bases de datos. La segunda fue de carácter descriptiva, y consistió en extraer los datos de acuerdo las unidades de análisis preestablecidas por la investigación, las cuales estaban relacionadas con la vinculación de un perro en los procesos de enseñanza y aprendizaje en el aula de clase y el impacto en la respuesta comportamental de los estudiantes beneficiados con este tipo de intervenciones. La tercera fase correspondió al proceso de triangulación de la información obtenida de acuerdo con los siguientes criterios: aproximaciones históricas y conceptuales de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA), principalmente, la Educación Asistida con Animales (EAA) y sus aplicaciones en el ámbito educativo, tendencias investigativas a nivel internacional, variables relacionadas y hallazgos investigativos, vacíos, retos y reflexiones acerca de la Educación Asistida con Animales (EAA) en el contexto educativo actual.

Teniendo estos elementos de análisis, se realizó la discusión teórica, la cual se presenta en este artículo en tres secciones: 1. Antecedentes históricos de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA), 2. Definición y clasificación de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA), en donde se justifica la predilección por el perro para el desarrollo de este tipo de intervenciones y 3. Aplicaciones de la Educación Asistida con Animales en el ámbito educativo.

Hallazgos de las principales aplicaciones de la educación asistida con animales en el ámbito educativo

 De acuerdo con los hallazgos encontrados en la presente investigación, existen diversas aplicaciones y experiencias registradas en procesos educativos asistidos con perros en los cuales pudo evidenciarse los grandes beneficios que se generan en uno o varios sujetos al involucrar un animal en una intervención en el contexto educativo.

En una investigación planteada por Ortiz Jiménez, Landero Hernandez & Gonzáles Ramírez (2010), se pudo evidenciar que las intervenciones asistidas con animales en el ámbito educativo pueden mejorar los procesos de socialización y comunicación, además de reducir conductas desadaptativas, de soledad, ansiedad, depresión, aburrimiento y comportamientos abusivos por parte de algunos estudiantes; e impulsar la mejoría del estado de ánimo, la memoria de trabajo, la focalización de la atención y la concentración, al igual que la percepción que tienen las personas de sí mismos, la cooperación y resolución de problemas entre dos o más personas, ya que se mejora la capacidad de poder expresar las emociones. Respecto a esto último, se observó cómo los adolescentes pertenecientes a la muestra de trabajo, aprendieron a controlar el manejo de sus emociones después de la intervención con el animal, en comparación con valoraciones previas a dicha intervención, obteniendo un resultado en dónde, a través del uso de animales, se evidenció como mejoraban las interacciones sociales, la expresión emocional y la capacidad de ser responsables.

Adicionalmente, también aprendieron sobre el cuidado del otro a partir del cuidado del animal, relacionando este hallazgo con otro aspecto evidenciado en dicha investigación, en donde se demostró que los alumnos que tenían mascota en casa, mostraban más empatía por las personas, además de tener una mejor autoestima y mejores habilidades sociales, en comparación con los demás miembros de la muestra que no tenían una mascota (Jalongo, Astorino & Bomboy, citado por Ortiz et al 2010).

De acuerdo con lo anterior, los autores concluyen los problemas emocionales de los adolescentes se pueden intervenir de una manera innovadora y menos “agresiva”, ya que la interacción con un animal resulta ser un factor nuevo y motivante para que los adolescentes puedan generar nuevos vínculos con otros a su alrededor, además de poder utilizarse para la intervención de trastornos de ansiedad, depresión, abuso de drogas, conductas suicidas o de vandalismo (Ortiz et al 2010).

Con la implementación de la intervención asistida con animales en las aulas de clase, algunas investigaciones establecen cómo la experiencia de la relación humano-animal permite que los alumnos estrechen vínculos con sus educadores o terapeutas escolares (Ortiz et al 2010; Chandler, 2001). Incluso, otra de las investigaciones revisadas hace referencia sobre este aspecto al observar cómo varios estudiantes comenzaron a visitar con más frecuencia al consejero escolar al ver a un animal, en este caso un perro, estrechándose el vínculo entre el consejero escolar y el alumno gracias al ambiente seguro y cómodo para la expresión de las emociones que se había creado a partir de la mediación con el animal y que, en muchos casos, no se lograban verbalizar bajo el esquema tradicional de intervención escolar (Chandler, 2001).

Otros estudios sobre el uso de animales con niños en el aula, evidenciaron que los animales también proporcionan apoyo emocional a los niños(as), aumentando su autoestima y su capacidad de expresarse (Friesen, 2010). Uno de estos estudios (Beetz, 2013) se planteó evaluar la incidencia de la vinculación de un equipo docente-perro escolar (schooldog-teacher-team) a un grupo de niños de tercer grado para observar y medir las actitudes positivas hacia la escuela, las emociones relacionadas con el aprendizaje, así como las estrategias de regulación de las emociones; comparando un grupo experimental y un grupo control. Se pudo evidenciar que las interacciones de los niños(as) con la intervención de la docente que incorporó al perro escolar (schooldog-teacher) en el aula de clase, puedo reducir la tensión de los estudiantes y que dicha “reducción del estrés en los niños, explicaría las mejoras a corto plazo en las funciones ejecutivas y, por lo tanto, el rendimiento en situaciones de prueba” (Beetz, 2013, p. 3). Incluso, también se evidenció influencias en el control de impulsos, especialmente en lo referente a los impulsos agresivos de los estudiantes de la clase-perro, quienes informaron una mejoría más sólida con respecto a la actitud positiva hacia la escuela y las emociones positivas relacionadas con el aprendizaje” (Beetz, 2013).

La autora establece que, al aplicar la Intervención asistida con animales (IAA) en el aula de clases, se puede observar un aumento de la motivación por parte de los estudiantes para ir a clase, una mayor focalización de su atención durante las clases, un cambio en las conductas desadaptativas y encontrar motivación con las materias o áreas donde más se les dificultaba desarrollarse (Beetz, 2013). Con relación al punto anterior, se sabe que una de las principales problemáticas del aprendizaje que se presentan con mayor frecuencia dentro de un aula de clase están relacionadas con los procesos de lectoescritura en los niños(as). Es por esto que en muchos contextos educativos se ha intentado abarcar esta problemática desde una perspectiva más innovadora, dando lugar a experiencias educativas significativas en los procesos de enseñanza/aprendizaje como el programa “Tail Waggin Tutors” en Estados Unidos, un programa bibliotecario que ha implementado a los perros como tutores de lectura para los niños(as). Este programa fomenta en los niños(as) el deseo de aprender a leer desde una edad muy temprana, desarrollando no sólo el entusiasmo por leer y la mejora de la escritura, sino también el desarrollo de sus habilidades sociales y su autoestima. De acuerdo con los resultados de esta investigación, los niños involucrados en el programa mejoraron su lectura un 12%, además de evidenciar otros beneficios adicionales tales como como un aumento en su seguridad, confianza, motivación al momento de leer pues, al no sentirse juzgados, se fomenta su imaginación y su autoestima. (Loveridge, 2017).

Al respecto Andrea Beetz (2013) también plantea en los resultados de su investigación cómo pudo observarse una mejoría en el bienestar psicológico de los alumnos y en el ambiente del entorno escolar (Beetz, 2012), puesto que los alumnos se sentían más cómodos hablando con los perros, ya que el perro les trasmitía una aceptación incondicional, al no sentirse juzgado por este, además de ser un distractor de problemas y un catalizador en los procesos de enseñanza y aprendizaje. No obstante, los efectos positivos comprobados por este estudio, en particular, no pueden prever los efectos en el largo plazo, por lo que se requiere de la realización de nuevos estudios experimentales a gran escala que midan estas variables a largo plazo (Beetz, 2013).

En Colombia también se registra una experiencia similar al programa “Tail Waggin Tutors”, liderado por la Fundación Las Golondrinas de la ciudad de Medellín, en articulación con el programa del sistema de bibliotecas públicas de la ciudad denominado “Pasitos Lectores”. Este programa consiste en una actividad de iniciación a la lectura orientada a promover el desarrollo lingüístico, cognitivo, emocional y lúdico de los niños(as) entre los 0 y 6 años de edad; además de constituirse en un espacio para fortalecer los lazos familiares, compartiendo el hábito de la lectura con los niños(as) (Pasitos Lectores, una actividad de iniciación a la lectura, 2015). El Programa de Intervenciones Asistidas con Animales de la Fundación Las Golondrinas se articula con el programa de “Pasitos Lectores” con el propósito de estimular y mejorar la función del lenguaje en los niños(as) vinculados a la fundación (Villa, 2017). Al respecto, se establece como el perro ayuda a elevar la motivación de los niños(as) para participar, ya que los niños(as) quieren participar sólo porque el perro está ahí, corroborando el hecho de que los animales generan adherencia dentro de este tipo de intervenciones y confirmando empíricamente un aspecto que ha sido respaldado por diversas investigaciones en el tema, en donde “está comprobado científicamente que el contacto físico con el animal reduce los niveles de cortisol, una hormona que segregamos cuando estamos en situaciones estresantes” (Aristizabal citado por Villa 2017). Así el niño va a estar tranquilo durante la sesión de trabajo, disponiendo toda su capacidad cognitiva para el proceso de aprendizaje por medio de la lectura.

En este orden de ideas, otro de los estudios identificados en el tema fue una investigación realizada en Praga, República Checa, por Kristina Machová, quien describió los beneficios de implementar la Intervención Asistida con Animales (IAA) en niños con trastorno de disfasia en el desarrollo (Periódico El Espectador, 2018). Los resultados de este estudio encontraron beneficios a nivel comunicativo, ya que los niños lograban imitar señales de comunicación al tener un perro presente en la terapia, en donde el perro funcionaba como un estímulo generador de confianza entre el terapeuta y el paciente, además de fomentar la motivación y la comunicación en los niños(as). En este sentido, la implementación de un perro en el aula de clase puede mejorar el ambiente de inclusión en los niños(as) que presentan alguna discapacidad como lo evidenciaron Smith & Dale (2016) en su investigación con niños(as) que padecían el trastorno del espectro autista en una escuela en Australia. Según los autores de la investigación, hay un aumento en las habilidades sociales de los niños(as), facilitando la integración del estudiante con el maestro y sus compañeros, además de reducir la ansiedad, el estrés y los problemas de comportamiento que puedan presentarse en el aula (Smith & Dale, 2016).

Conclusiones

Las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) aplicadas al contexto educativo se constituyen como una estrategia alternativa cuyo carácter innovador en el ámbito psicosocial y educativo busca superar ciertos dogmatismos propios de la educación tradicional y promover la implementación de un abordaje más integral de los procesos educativos en diversidad de población con patología orgánica, mental o psicosocial, debido a que su aplicación histórica en otros ámbitos de intervención ha demostrado resultados muy satisfactorios.

Dentro de las diversas problemáticas que emergen en el contexto educativo contemporáneo, algunos programas, estrategias, experiencias y referentes investigativos que utilizaron la modalidad de intervención propia de la Educación Asistida con perros, evidenciaron un impacto positivo en las dificultades relacionadas con algunos problemas de aprendizaje, problemas de conducta y dificultades en la comunicación, principalmente en población adolescente; problemas de lectoescritura, problemas de atención y concentración en el aula, y otros relacionados con los procesos de socialización como la relación entre pares, la relación entre alumnos y maestros, y la inclusión social de algunos alumnos en el aula de clase.

La implementación de aplicaciones pedagógicas mediadas por perros en contextos educativos, propias de la Educación Asistida con Animales (EAA), permite no sólo trabajar aspectos relacionados con el ejercicio pedagógico y la adquisición de nuevos aprendizajes en los escolares como el interés por la lectura, el aumento del vocabulario, la estimulación de la memoria de trabajo, el logro de una mayor atención e interacción con el entorno que los rodea; sino que también impacta de manera integral la formación del ser en cuanto al fomento de su autoestima y la autoconfianza o confianza en el otro, la promoción de aprendizajes y comportamientos orientados a la cooperación, la facilitación de la externalización de sentimientos (tanto positivos como negativos), que posibilita un mayor control emocional en el aula, además de tener un impacto directo en los procesos de socialización escolar, generando una mayor motivación a participar y un mejoramiento del humor que brinda a los estudiantes una sensación de seguridad en el ambiente escolar, al eliminar barreras sociales, disminuyendo así sentimientos negativos como la depresión, la ansiedad, el aburrimiento y la soledad.

Uno de los retos principales que supone la investigación en este campo de intervención consiste en el poco reconocimiento y, por consiguiente, la falta de incorporación de esta herramienta como una estrategia alternativa a la intervención tradicional de problemas educativos y sociales; debido al alto desconocimiento de estas estrategias por parte de pedagogos, psicorientadores o psicólogos, padres, alumnos e instituciones educativas, como tal. Adicionalmente, los prejuicios y temores presentes en el imaginario de las personas frente al riesgo de incorporar un animal en el aula y que éste reacciones de manera inadecuada en la interacción con los diferentes miembros de la comunidad educativa, también supone una limitación que genera la necesidad de continuar investigando sobre el tema y visibilizar más y mejores trabajos investigativos sobre las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) en la educación, y su difusión como un apoyo pedagógico en las escuelas.

Notas al pie

1 El presente artículo surge como resultado de la construcción de un Estado del Arte a cargo del Semillero de Investigación en “Intervenciones Psicosociales Asistidas con Animales” perteneciente al Programa de Psicología de la Universidad Católica Luis Amigó, sede Manizales, sobre los principales referentes investigativos, estrategias y experiencias que utilizan las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) como un recurso articulado a la intervención pedagógica y psicológica en contextos educativos y los impactos positivos logrados en las diferentes aplicaciones.


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